domingo, 30 de enero de 2011

SEXO EN MADRID x13: Dame un respiro


Madrid es como un polvo pasional;
Se mueve rápido y busca que no te pares hasta que no puedas mas.


Cada uno de nosotros busca su propia vía de escape para poder sobrevivir a una ciudad como Madrid manteniendo una buena salud mental.

Juan y Lucía habían decidido que ya era hora de tomarse una pequeñas vacaciones en la costa mediterránea. Así que compraron dos billetes, hicieron las maletas y dos días más tarde aterrizaron en el aeropuerto de Valencia. Sin sacarse las gafas de sol alquilaron un coche y se pusieron rumbo a Benicasim, uno de esos pueblos perdidos que imitan a la perfección la esencia del Caribe: playas de arena fina o de piedras blancas, aguas cristalinas y de temperaturas tibias, cielos despejados, palmeras por árboles y batidos de horchata.

Ambos necesitaban olvidar su vida en Madrid. Juan tenía que superar de una vez por todas su ruptura con Javi y Lucía tenía que aceptar que se había quedado sin su vibrador humano made in Italia.

Xacobe hacía frente a sus primeros exámenes de la universidad. Como a todo buen universitario las fechas se le vinieron encima y un mal cálculo de tiempo le obligaba a pasarse horas y horas encerrado en su habitación intentando estudiar a contrareloj. No disponía de tiempo para salir de fiesta, para buscar sexo esporádico o para recurrir al brasileiro (con el que llevaba 3 meses en la etapa de "nos estamos conociendo"). Y cuando el estrés te inunda y vamos mal de tiempo todo universitario aprende por ciencia innata una forma de sobrellevarlo... ¡¡Y es que sin querer las manos se van solas!! Cuando veía que necesitaba descansar se dejaba llevar por el mundo del placer autoinducido y diez minutos y un par de clinex después volvía a tener la cabeza en su sitio.

¿Podría ser la masturbación el secreto sustituto del yoga?

Por mi parte seguía trabajando como becario en los estudios Solpor de Lunes a Viernes, y los Viernes y Sábados trabajaba como relaciones públicas en Long Play. Cada día tenía mis horas libres, lo que no tenía era un sólo día sin trabajo. Llevaba casi un mes trabajando todos los días y empezaba a necesitar desesperadamente una buena cura de sueño. Pero en esta vida uno no tiene todo lo que quiere, y cuando eso sucede es muy fácil acabar tomando malas decisiones.... El chocolate Lindt y Milka empezaron a aparecer en mi dieta como la leche por las mañanas; no había día en que no ingiriese mi dosis de cacao. ¡Me había vuelto adicto al chocolate!

Empecé a pensar en cuantas cosas hace la gente en una ciudad para menguar su ansiedad... ¿Comer? ¿Fumar? ¿Beber? ¿Drogarse? ¿Follar? De repente caí en la cuenta de que los índices más altos de obesidad, drogadicción, alcoholismo y otras adicciones siempre son más altos cuanto más grande es la ciudad en la que vives.

¿La ciudad que nunca duerme debiera de vez en cuando parar y empezar a dormir? Estaba claro que Madrid padecía de insomnio pero ¿cuánto puede afectarnos su ritmo de vida?

Realmente, y haciendo comparaciones con nuestros pasados, ninguno de nosotros cuatro era así. En ese caso... ¿Qué es Sexo en Madrid? ¿Porqué no parábamos de follar y salir de fiesta? ¿Porqué yo me había vuelto adicto al chocolate, Juan al porno, Lucía al sexo y Xacobe a los Burguer Kings? ¿Era un proceso de aclimatización o un proceso de destrucción?

Por desgracia sólo tres daríamos respuesta a esas preguntas...

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