domingo, 1 de agosto de 2010

DISCUTIENDO CON MI VIDA




Miras a la gente en el metro. Cada uno en su asiento. Cada uno en su vida. Ves dos jóvenes besándose en frente tuya e indiscreto te quedas mirándolos, ves cómo se miran, cómo se tocan, parecen prometerse a besos y a caricias... y sientes que ya lo has vivido. Una experiencia lejana e ingenua que te regaló la vida en la flor de la inocencia.

Llegas al trabajo y compras un billete sólo de ida. Por que puedes permitírtelo, por que lo necesitas. Por que las parejas en el metro te ahogan.

Días más tarde hundes los pies en la arena. El sol está alto, la orilla a tu lado. Se escuchan graznidos. Paz. Cierras los ojos y piensas en tu vida. En cómo ha ido sucediendo todo, en cómo has llegado hasta ahí. Piensas y piensas, piensas en lo que has puesto delante, en lo que has puesto detrás. Te das la vuelta, almohadas la cara con el brazo e intentas dormir. Por que da igual lo que hayas hecho o en lo que hayas fallado, la vida ha venido como una de esas olas que mueren próximas a tus pies. Llega, espumea sobre la arena y muere para no volver nunca más.

7 años más tarde del primer día de universidad cenas con la gente que conociste entonces. Ahora son amigos que ves una vez al año, son gente que se unió a tu vida y que viven su letanía cada uno en un lugar. Hablan de casarse, hablan de tener hijos. El eterno temático contra dadá. Pienso en ser padre, en sostener a una vida inocente en mis brazos. Me prometo que si algún día reuno el valor para ser padre soltero le daré amor por dos. Dos besos, dos abrazos, dos te quieros cada mañana y cada noche después de cada cuento. Mis coetáneos vuelven sobre la funcionalidad del matrimonio... yo pienso entonces en el amor. Solía pensar que era buena persona, que era guapo y romántico. Pensaba que por tanto el amor me llegaría sin problemas, como legado o título nobiliario que por simplemente ser me pertenece. Culpo a los guionistas hijos de padres separados por hacer películas hipócritas, por enseñarme lo que es amar aún antes de haberlo sentido, por mostrarme a hombres perfectos y escenas de ensueño donde todo es posible cuando en la vida real ser así es perfecto para acabar muerto.

Sigo sin comprar un billete de vuelta. La vida en la playa entre mojitos y amigos se hace más llevadera que volver a la ciudad. Día tras día pospongo mi vuelta, como día tras día empiezo a mirar menos el móvil y siento gusto por desaparecer. Pasa una semana, pasan dos.

Son las doce y media de la noche. Me tumbo sobre la hamaca americana del jardín y dejo que me acune. Corren risas y alcohol por el aire. Yo fumo y miro las estrellas. Pienso en que si nosotros vemos las estrellas que ya se han muerto... desde ellas se ve lo ocurrió en nuestro mundo hace tiempo. Si pudiese estar allí, en una de esas estrellas, podría verme cuando nací. Me gustaría decir a ese niño inseguro y asustadizo que no se esconda, que sea quien es y que nunca deje que nadie le diga cómo o quien debe ser; que no tenga prisa por vivir, por ser maduro y crecer y crecer; que el amor no te lo regalan si no que se construye, y que sabré construirlo para que quien quiera se refugie en él. Me diría que pase lo que pase saldré siempre adelante, que no tenga miedo. Que no haga tonterías, que coma chocolate. Me diría te quiero y me mentiría diciendo que todo irá bien y quizá con una buena mentira a tiempo no tendría que pasarme los días intentando controlar la ansiedad de vivir en un mundo donde es más fácil sentirse herido que respirar.

Quiero llorar. Mi mejor amiga se sienta en la tumbona de al lado. Me mira. Yo la miro. Hablamos de nada y mientras lo hacemos me mira a los ojos. Yo no los esquivo, en ellos puedo verme como soy. Siempre están ahí para decirme cómo soy. Yo no dejo de mirar sus preciosos ojos, su mirada que hace de este mi mundo un lugar increíblemente mejor. Me deslizo y me coloco las chanclas en los pies. La abrazo y como cada noche le digo que la quiero.

Te quiero. Te quiero y un abrazo. Tan poco y tan importante.

Vacío así el odio que hasta entonces sin saberlo llevaba dentro. El odio de la decepción, de los silencios y de las cosas que nunca llegan.

Decido volver a recoger mi vida. Decido coger el primer bus de la mañana e ir a mi casa, a extrañarla y a cuidar lo que tengo. Decido que no voy a volver a dejar que nadie me juzgue o me mingunee, que se acabaron las oportunidades ilimitadas. Decido comprar una perra a la que regalarle el cariño que llevo dentro y con la que ver películas en el sofá. Decido construir una vida como la que kilómetro a kilómetro atrás dejo, sin prisa, con tiento. Secarse las lágrimas por lo que no llega, mirar las estrellas, dar abrazos y decir te quiero.

Llego y vuelvo a dormir en mi cama con mi vida.

lunes, 26 de julio de 2010

15 PELÍCULAS

15 PELÍCULAS QUE CAMBIARON MI FORMA DE VER EL MUNDO Y DE ENTENDER EL AMOR.
15 PELÍCULAS CON LAS QUE CRECÍ, ME EMOCIONÉ Y SENTÍ.
15 PELÍCULAS INCREIBLES.

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ISABEL COIXET



CHILDREN SEE, CHILDREN DO



miércoles, 14 de julio de 2010

FALL IN LOVE


Las personas de habla inglesa llaman a enamorarse "fall in love" (caer en el amor). El término enamorarse no existe como definición, ellos utilizan la definición como término. Caer en el amor.

Caes por que de repente ese sentimiento lo envuelve todo. Se te nubla desde la vista al juicio. Enturbias los defectos, engrandeces los afectos. Todo lo demás se queda fuera del alcance de la vista. Sólo amor, sólo esa persona, atemporalmente, para siempre.

Caes por que es cómo un vicio, como una droga, una dependencia. Cuando está cerca tu piel se eriza, el pulso se acelera, las glándulas sudoríparas se excitan, la actividad cerebral cambia y el sistema nervioso se desboca. Tiene síndrome de abstinencia y pesa la ausencia, la distancia y el silencio. Siempre quieres más. Aún juntos, cuerpo contra cuerpo, piel contra piel, el instinto te llama a entrar dentro de esa persona o a querer que entre dentro de ti. Cómo un impulso de fusión, de hacer dos en uno.

Cuando caes en el amor la vida cambia de color, de orden, de prioridades. Es una afección de martirio lento y placentero, innata del instinto, vacía de racionalidad, genéticamente imposible de eliminar, sin cura, sin control. Y cuanto menos control y más visceralidad más poderoso se vuelve, capaz de hacerte sonreír, sonrojar, excitar, desear, ser feliz.

En la vida echamos mano de la conciencia para absolutamente todo. Todo supone un debate mental, hasta la más mínima acción es la consecuencia de una acción cerebral en cadena. Sin embargo el cuerpo elige a quien amar indiferente a nuestro control: no puedes decidir tus gustos ni tu adicción. Y el amor es eso, un objeto que gusta de forma aditiva. El olor que desprendemos al desear, el que recibimos al oler el cuerpo ajeno, el sudor, los gestos... un mecanismo físico automático imparable.

Yo caí en el amor varias veces en mi vida. Algunas veces tal como me caí me levanté con el paso del tiempo. Otras veces resumí que caí en una adicción errónea, contraproducente a mis principios. Pero si no se dan ninguno de esos dos preceptos, incluso más allá de la muerte creo que mi cuerpo, por sí solo extrañaría su presencia más allá de su ausencia. Lo buscaría en los sueños de la noche, en las miradas a la deriva. Incluso sin saberlo. Incluso sin sentirlo.

Quizá por eso tanta gente siente que ha perdido una parte de sí misma. Quizá por cada amor imposible se nos escapa un trozo de esa capacidad y potencialidad de caer en el amor. Hasta que al fin resuelves un sentimiento como un logaritmo matemático. Sin pasión, sin adicción, sin locura, sin gravedad, sin volcanes de sentimientos, pérdidas de control, sofocos corporales, enredos mentales. Y así... pragmáticos por la vida adelante firmas relaciones como quien adquiere un bien, como quien compra amor por que le conviene.

Y el amor es efímero. Por gracia o por desgracia es como un perfume que con los años se evapora. Se puede cuidar con más o menos esmero su preciado contenido pero su magia, indiferente a los intentos intelectuales, como físicamente un día vino, un día se irá. Entonces, y sólo entonces, quizá una pareja pueda crear su propio aroma, cual mímesis de lo vivido, experimentados en el arte de amarse y dejar de ser dos puntos en distintas direcciones para ser sólo uno en el universo en el mismo universo.

lunes, 12 de julio de 2010

I´M STILL WAITING



No sé cómo decírtelo o cómo hacértelo llegar;
pero acallar los sentimientos no es buena forma de actuar.

Por eso decido siempre desacerme en palabras
para contarte al oído que mi corazón está que estalla
por que tengo una vida, tengo una pasión
y un silencio por tu parte.
Tengo cariño, amor y ambición
y mil cosas más por las cual él late.
No puedo decirte que es tuyo
...y tú quedarte al margen.

Por que la vida sigue día tras día
en este mundo cambiante
y quedarme en mitad de la carretera
no está siendo saludable.

Por que no quiero esperar al teléfono
y mucho menos llamar a tu ausencia
Porque no quiero tender mi vida en apuesta
cuando no hay nadie al otro lado de la mesa

Y aunque entiendo que quieras conducir con la cabeza
o lo que es peor, darte tiempo para escuchar tu corazón
Cada minuto que pasa me das más miedo
por que nunca entendí así el amor.

ES IMPORTANTE



Es importante - Lejos - Despistados

Es importante tener el control
Son importantes las pilas del mando
Es importante que la inspiración te pille trabajando
Es importante perder la razón imprescindible que sea en tu cuarto
Que no te vaya a encontrar el amor esta noche tiritando

(Estribillo)
Pero lo cambio todo por tus manos
quitandome la ropa viento en popa
recoge que nos vamos

Es importante cambiar de color
Es importante saber que hoy es martes
Que no podría aguantar hasta el lunes que viene sin tocarte
Es importante acabar la canción
Es importante viajar a otra parte
Es importante saber que soy yo en el que piensas cada noche al acostarte

Pero lo cambio todo por tus manos
quitandome la ropa viento en popa
recoge que nos vamos

Es importante aprender la lección
Es importante saber lo importante
No es imposible ganar sin jugar ni llegar sin arriesgarte

Pero lo cambio todo por tus manos
quitandome la ropa viento en popa
recoge que nos vamos

viernes, 2 de julio de 2010

MIRÁNDOSE A UN ESPEJO


El paso de vivir en un pueblo o una pequeña ciudad a morar en el corazón más cosmopolita del país tiene sus substanciales diferencias. Por su vertiente más evidente las opciones su multiplican, hay otro tipo de trabajos, nuevas y múltiples formas de ocio, pluralidad cultural y social, más opciones educacionales, mayores posibilidades de comunicación y conocimiento, quizá más riqueza cultural y una visión más abierta del mundo.

Sin embargo, detrás de sus monumentos y lugares emblemáticos, más allá de sus avenidas luminosas y eternamente transitadas, más allá de las discotecas, teatros, cines, museos y restaurantes toda gran ciudad esconde un oscuro secreto.

No lo piensas. No lo notas. Ni si quiera lo imaginas... hasta que un sábado noche tu mejor amigo ebrio de alcohol te confiesa que desde que vive en Madrid ya no se reconoce y que ha perdido tantos valores como toda la fe posible en el amor.

Entonces te posas frente al espejo roto de una discoteca y cuando observas el reflejo y te devuelves la mirada comprendes porqué uno nunca debiera echar raíces en una ciudad.

Millones de personas en constante movimiento acostumbradas al dinamismo humano, lo que llega, lo que se va, nada se mantiene. Aquí todos aprenden una lección de bienvenida; en una ciudad se vive sólo. La soledad es el sentimiento por excelencia de cualquier gran ciudad, el sentimiento irónico de que no hay nadie más cuando no hay más que gente alrededor. Todos tienen una vida propia, secretos, objetivos. Las relaciones son la intersección del ocio y la coexistencia, el efecto colateral. Ya no hay intención de hacer amigos o de tener novios.

Entonces comprendes porqué en las grandes ciudades todo el mundo se mueve en internet por redes sociales. Los 6 amigos del messenger del pueblo de la infancia pasan a los 600 agregados que apenas distingues, tuenti, facebook, bakala, manhunt, y una interminable lista de páginas suscritas con el único sentido de nitigar el sentimiento.

La debacle llega así a su apogeo, cayendo en el punto del que intentas salir. ¿Cómo hacer un amigo en un cásting de mil personas? ¿Cómo encontrar el amor? Todos son iguales, sin historia propia ni pasado, parten de la nada. Te interesa uno hoy, otro mejor mañana, a la semana están supeditados a otro cásting de 100. Entonces te cansas y observas el proceso... y lo más peligroso... aprendes: los conceptos de relaciones abiertas, intereses económicos e infidelidades son banalidades admitidas entre risas. "Todo el mundo lo hace", "No te preocupes por cagarla que hay mil más", "A mi me lo hicieron y no es para tanto", "Esa persona no era tan importante, no pasa nada porque..."; todo para acabar en un sonoro y generalizado "Yo aquí ya no me fío de nadie".

Una vez escuché: "vive un tiempo en un lugar pequeño, pero vete antes de volverte demasiado débil; vive un tiempo en una gran ciudad, pero márchate antes de volverte demasiado duro". El problema es que no dijo que hacer después.

jueves, 1 de julio de 2010

LAS DECISIONES DEL TIEMPO



A los 22 años yo estaba en 4º de carrera. 25 años antes mis padres se conocieron.

Mi padre me hizo un álbum de fotos cuando era pequeño. En ese álbum de fotos coló varias fotos de él y de mi madre con 20 años. En una en particular ambos aparecen abrazados. Durante muchos años me pregunté si se podría por una foto saber si había amor de verdad entre dos personas; por su mirada, por la forma en que enlazaban sus brazos, por su rostro...

Ellos se conocieron a la 20 años. 20 años.

Años más tarde le pregunté si a mi padre si realmente la había querido, si ella era entonces la mujer de su vida, si con sus 47 años y las experiencias que la vida le ha regalado sabía reconocer si lo que vivió con ella era realmente amor y si estaba enamorado. Si volviese a nacer ¿Volvería a casarse con ella a los 21 años? ¿Le volvería a hacer el amor para acabar siendo padre de un niño un año después?

Mi padre dice que se casó felizmente enamorado. Que el día de su boda fue el más feliz de su vida hasta el día en que se convirtió en padre. A pesar de los miles de problemas familiares y económicos que tenían por entonces nunca miraron atrás y no dudaron en dar un paso más y darme una hermana con la que compartir mi vida.

Dos años más tarde ella nació. Yo tenía 2 años. Mi padre 24, mi madre 23.

Han pasado dos décadas y la sociedad ha evolucionado pero... ¿Acaso no estamos más perdidos que nunca? Llenos de miedo, andamos por lógica y según el dictado de la razón, pero.... ¿Es eso lo correcto? ¿Es eso lo que quiero?

¿Hay una edad para el amor, para casarse o tener hijos?
¿Va antes la formación que el trabajo? ¿Antes el trabajo que el amor?
¿Cual es el lugar y el peso que ocupan las cosas más importantes en nuestra vida? ¿Hay segundas oportunidades? ¿Hay cosas que pueden esperar?

Mi tía me dijo hace un mes que casarse con su marido y tener a mi prima (que nació sólo 25 días antes que yo) fueron cosas que ahora habría pospuesto unos años con el objetivo de tener un futuro mejor.

El número de opiniones que he recibido son tantas cómo diferentes a un mismo respecto. Entonces... ¿La clave es elegir con la cabeza? ¿La clave es elegir con el corazón? ¿Y si al hacerlo te equivocas? ¿Y si por no hacerlo pierdes más de lo que nunca tendrás?

A medida que avanzas la vida se complica y exige respuestas difíciles de contestar. Me pregunta todos los días qué es lo que quiero y me quedo inmóvil mirándome los pies sabiendo que el paso que dé puede ser uno sin marcha atrás.

Y aterra.

Uno mira todo lo que otros perdieron. Uno mira lo que quiere, sueña con tocarlo, con abrazarlo, retenerlo y que le prometan que nada de lo que ocurra en la vida lo va a separar de él... pero todo parece tan frágil... se rompen tantas cosas... que a veces parece mejor la idea de no ganar para no perder.

lunes, 28 de junio de 2010

UN MENSAJE EN UNA BOTELLA



Revelo en papel estas palabras desde la orilla de una playa muy lejos de donde nací. Desde aquí apenas reconozco el olor de este mar o el color de este cielo. Desde aquí no es la misma la arena entre mis dedos ni las caras que me otean.

Aquí, lejos de todo y de todos a los que acostumbro sólo me familiarizo con una sólo una cosa... tú ausencia. Tu ausencia aún latente y perpetua. Los trozos de voz, olor, textura, sentimiento y sabor que se niegan a erosionarse o disiparse por más que los dejo sólos frente al tiempo. Tu fragmentos suspendidos en mi conciencia.

Te hice una promesa. Te prometí libertad.

El espacio necesario para que pudieses abrir los brazos, cerrar los ojos, olvidarme y empezar a volar. No volver a tu piel, no volver a tus ojos. Quedarme fuera de tu alcance de tu mirada para que descubrieses un nuevo camino hasta que pudiese quedarme delante de tu puerta con un billete sólo de ida.

Pero ¿Cuánto tiempo tarda en ahogarse el amor en la distancia? ¿Cuánto tiempo más va a extrañarte mi mente y mi cuerpo? Sólo siento el pesar del tiempo, la letanía de sus días, tu presencia transparente en el cielo, imposible de alcanzar con los dedos.

Sé las condiciones para poder recorrer el camino de vuelta. Y aún no las tengo. Mi camino sigue dibujando puertas lejos de la M-40. Me pregunto si hay alguna decisión más adepta que una nuestras sonrisas con nuestras existencias de manera perpetua.

Sé que he cambiado, que te llevo lejos de mi y que cada día que pasa entraña un gran riesgo. Y duele, duele dentro, duele en el estómago en alma y en el pecho, y duele tanto tanto que a veces, en una playa como esta, el dolor es tan grande dentro que no se contiene y se supura fuera. Por que no estás aquí, ni a mis espaldas ni a mi vera. Por que por mucho que busque y busque no estarás en ninguna de esas caras que esta ciudad lleva. Por que es un secreto solitario donde nadie sabe cuánto duele o por que mis ojos se quedan tantas veces fijos en la arena.

Cuando lo bueno o lo malo laten desdemidos, la fortaleza siempre cede e intento devolverte a mis brazos para compartirlo... miro pensativo el móvil y acaricio la dirección que por minutos nos acerca. Número a número, tono a tono, corazón en puño; todo se resuelve con tu voz en mi oreja. Pero hace frío, lo siento en el aire, lo siento en silencio, lo siento en ti. Entonces comprendo que callado me pides que te deje, que te deje ir, ir lejos de lo que fuimos, lejos de mi.

Cuando vuelva a casa dejaré esta carta donde puedas verla. En el único sitio donde permanecen a salvo las letras y las identidades. El camino por pocos conocidos donde sé que te encuentras. Alza las manos cuanto quieras, desde mi bote perdido seguiré mandando mensajes en botellas.

Sé que agradecerías que no fuese a verte, que no te llamase más dando leña y leña a la hoguera. Pero lo cierto es que en la noche más corta del año estuviste en mi hoguera, y por mucho que ahogué el fuego; Una vez más, a la mañana siguiente, me despertó tu ausencia.

Por eso... cuándo te sientas sólo, si alguna vez pierdes la cabeza, por favor búscame y hazme una seña. Llámame en silencio, en la noche, no digas nada si no quieres. Me vale un sólo silencio para saber que aún me sientes.

Aún vivo en palabras y letras, aún tuyo... en un mensaje en una botella. Te amo, lo siento, me duele, te quiero. Descórchame cuando quieras.

domingo, 13 de junio de 2010

DIBUJANDO SUEÑOS

Dibujar nuestro futuro no es sólo una forma dulta de soñar... dibujar nuestro futuro puede convertirse en nuestra brújula personal cuando sentimos que no sabemos a donbe ir.

Era de noche... y Alex soñaba.


La cálidez de un nuevo amanecer se colaba en la habitación inundándo todo de colores naranjas y dorados. Las venecianas de madera dibujaban líneas de luz en su cara y en su cuerpo. Ni un sólo ruido. Sólo paz.


Cada mañana al despertarse Alex miraba a través del ventanal... observaba el horizonte verde que un día había elegido con su marido para ser la primera cosa que pudiesen ver cada día de sus vidas. Una postal perfecta que cada nuevo día se emergía en coloresde colores bajo cielos normalmente despejados.

Con los años había aprendido que algunas costumbres son necesarias para el cuerpo y para el alma: Se incorporaba, colaba entre los dedos de los pies sus chanclas griegas, se asomaba a la luz, soltaba la cerradura de la ventana y dejaba que el aire y color de la mañana lo inundase todo. Obsevaba sin prisa la belleza de la naturaleza, sus pequeños cambios, sus detalles; y luego, como un ciego, cerraba los ojos para sentir el cambio de la temperatura en su cuerpo y oler la brisa fresca del alba con la mayor intensidad. Ese olor era el mejor incienso, el perfume que quisiera poder atrapar el resto de sus días.


Su marido, Oscar, solía decirle que en esos momentos sus ojos se volvían más bellos que nunca: frente a ese mundo verde, con la mirada perdida en la luz sus iris de color avellana se volvían mieles, dorados y translúcidos.


Acariciaba con su mano enjabonada su propio cuerpo y extrañaba los abrazos desnudos que tantas veces su amor le regalaba. Luego disfrutaba de la cortina de agua tibia que desprendía la espuma de su piel dejando esta limpia y aromatizada. Crema, colonia e higiene dental para honrar su propio cuerpo.


Con los vaqueros y camiseta puestos se acercaba con tiento a la habitanción de los niños. Ana, de 6 años, siempre siempre guardaba a lo largo de todo su sueño la misma posición que tenía 8 horas antes, cuando el cansancio la vencía. Sin embargo a Carlitos, de 3 años, había que vigilarlo siempre a media noche; y aún así, cada mañana, tenía de nuevo la manta en el suelo. Se movía en sueños sin descanso, pero indiferente a donde las aventuras de sus sueños le llevaran, sostenía siempre a su peluche, llevándoselo siempre allá donde fuese.


Oscar me hizo prometer que todos los días de su vida les despertaríamos besándoles las mejillas, así que aún en su ausencia me sentaba en el borde de cada cama y los besaba y les hablaba al oido hasta que poco a poco se despertaban. Ana tenía el buen humor mañanero de su padre. Carlitos era menos influenciable.

Se duchaban y se vestían bajo mi cercanía y supervisión; y lo hacían rápido sobornados por un buen desayuno y dibujos animados.

Una vez en la cocina exprimía las naranjas que el vecino nos regalaba de su finca. Rellenaba los cuencos con copos de avena y los cubría en leche entera, los vasos con el zumo y sobre un plato era rutina cortar y pelar algunas de las piezas de fruta de temporada. Un desayuno de colores y sabores, exuberante y completo, siempre rotativo para desblindarlos de las costumbres culinarias y que tuviesen un paladar culto y tolerante.



La noche se desvanecía... y Alex despertó.

viernes, 11 de junio de 2010

CAMBIANDO EL MUNDO A BESOS

SPOTS Y CAMPAÑAS

CÁNCER DE MAMA

VIOLENCIA DE GÉNERO


MINISTERIO DE IGUALDAD


ALCOHOL. TÚ VERÁS LO QUE TE MOLA

DECLARACIÓN UNIVERSAL DE DERECHOS HUMANOS


www.youthforhumanrights.org

La DUDH (Declaración Universal de los Derechos Humanos) se compone de un preámbulo y 30 artículos que recogen derechos de carácter civil, político, social, económico y cultural. Es un documento declarativo adoptado por la Asamblea General de las Naciones Unidas en su Resolución 217 A (III), de 10 de diciembre de 1948 en París, que recoge los derechos humanos considerados básicos.

Incluyen a toda persona, por el simple hecho de su condición humana, para la garantía de una vida digna. Son independientes de factores particulares como el estatus, sexo, orientación sexual, etnia o nacionalidad; y son independientes o no dependen exclusivamente del ordenamiento jurídico vigente.

En 1978 se firmó el Artículo 10 Apartado 2 de la Constitución Española:
Las normas relativas a los derechos fundamentales y a las libertades que la Constitución reconoce se interpretarán de conformidad con la Declaración Universal de Derechos Humanos y los tratados y acuerdos internacionales sobre las materias ratificados por España.

DERECHO HUMANO Nº1


DERECHO HUMANO Nº2


DERECHO HUMANO Nº 3


DERECHO HUMANO Nº4


DERECHO HUMANO Nº 5


DERECHO HUMANO Nº 6


DERECHO HUMANO Nº 7


DERECHO HUMANO Nº 8


DERECHO HUMANO Nº 9


DERECHO HUMANO Nº 10


DERECHO HUMANO Nº 11


DERECHO HUMANO Nº 12


DERECHO HUMANO Nº 13


DERECHO HUMANO Nº 14


DERECHO HUMANO Nº 15


DERECHO HUMANO Nº 16


DERECHO HUMANO Nº 17


DERECHO HUMANO Nº 18


DERECHO HUMANO Nº 19


DERECHO HUMANO Nº 20


DERECHO HUMANO Nº 21


DERECHO HUMANO Nº 22


DERECHO HUMANO Nº 23


DERECHO HUMANO Nº 24


DERECHO HUMANO Nº 25


DERECHO HUMANO Nº 26


DERECHO HUMANO Nº 27


DERECHO HUMANO Nº 28


DERECHO HUMANO Nº 29


DERECHO HUMANO Nº 30

Waris Dirie


Desde pequeño soñaba con el cine. Poder mostrar al mundo las cosas que para mí son y eran importantes, dar voz al silencio e imagen a lo que la gente no ve.

El cine como forma de expresión, de arte, de comunicación. Me ha dejado vivir lo invivible, ha resucitado lo muerto, ha dado forma a sentimientos y en su máxima expresión ha cambiado muchas veces mi forma de ver el mundo. Si el cine hizo esto en mí, poco a poco, paso a paso, significa que mi pasión puede a veces cambiar a personas, y una a una, cambiar el mundo.

Día a día, cosas como esta me lo recuerdan:

"La flor del desierto" - Sobre la vida de Wairis Dirie


jueves, 10 de junio de 2010

LOS OJOS DE ÉL


Alex siempre había sido corriente.

Desde niño su fisionomía no lo había hecho ni muy guapo ni muy fuerte. No vistió su cuerpo de manera extravagante y ni sus caminos ni su forma de andar lo habían hecho digno de atención. No era algo descriptible lo que Alex poseía, sólo demostrable: Cuando mirabas a sus ojos y estos te devolvían la mirada... podías ver en su claro color avellana algo cándido, inocente o inmaculado. Unos ojos transparentes, fulgurantes e incandescentes.

Era sólo eso, su mirada; el contorno de sus ojos, los dibujos del iris, la manera que él tenía de ver el mundo o el reflejo que el mundo podía ver en él. Sea como fuere desde que había nacido la gente veía en Alex algo que ni él mismo atinaba a distinguir. "Serás una gran persona" - decían - "Sé que eres bueno, lo dicen tus ojos". Frases como esas se aglutinaban en su mente cuando se miraba perdido en el espejo intentando encontrar en sí mismo todos los augurios que desconocidos, queridos y paseantes le habían propinado.

Alex creció, y a lo largo de los años mantuvo ese brillo en sus ojos, ese halo de humanidad clandestina que desde su nacimiento se había anidado en él. Y esos ojos que paseaba por el mundo eran un extraño designio que Alex no lograba desentrañar. Él los veía como un destino por cumplir, un mandato al que obedecer y aunque no lograba desvelar el mapa en su reflejo dirigía sus pasos intentando ser fiel a lo que la gente en él prometía ver.

Cuidaba así sus pasos y sus actos, pero Alex sembró amor y dolor, a veces a conciencia, otras veces dejando escapar inconsciente las semillas de un fruto por cosechar. Le venía una vida dulce y agria por igual y cuando erraba sentía que vestía un regalo robado y que vivía un papel de teatro ensobrado en la piel de un actor desgraciado.

Creo que nunca se sabrá quien tendió la trampa o la verdad, si Alex a sí mismo, los desconocidos a un niño o si fue un gracioso revés de la vida. Al final, autosugestión o divinidad, mentira o verdad, la ocasión sirvió de excusa y la causa dictó efecto, por que cuando miro los ojos de él, sus profundos y castaños ojos, creo.

No siento un dios en el mundo ni una religión me ha vuelto devoto, pero cuando miro sus ojos me vuelvo creyente de lo que veo... y sin querer creo que hay ángeles que se han vuelto humanos y humanos que pueden volverse ángeles.

Creo que ellos no lo saben, que viven amnésicos para que libres del recuerdo día a día puedan elegir quien y como ser. Lo sé y lo siento, por que cuando te miras a través de los ojos de él, cuando clavas tu alma en sus pupilas y te dejas ver en su ocular espejo... simplemente y sin saberlo... te ha regalado Fe.

viernes, 4 de junio de 2010

Querido lector:


A quien siempre me lee, al dueño de mis sentimientos más intensos y al emblema de las guerras que libro.

A quien sé que tarde o temprano recorrerá estas líneas buscando encontrar algo.

A mi amigo, a mi amante y a mi amor.

A ti.


Gracias por haberte cruzado en mi camino el día más largo del año en la noche más corta de hace dos años. Gracias por una historia teñida de miles de tonalidades y matizes en un camino donde ambos crecimos y evolucionamos. A veces juntos. A veces separados.

Querido lector, amigo, amante y amor... mi mayor deseo siempre será que vayas a donde la luz te ilumine más fuerte, donde tus ojos se vuelvan más verdes y donde tu sonrisa se desnude sin pudor.

Hoy no voy a provocar que nuestras voces se encuentren procurando conocer si tu alma ríe o llora. Hoy me quedo en la distancia, con la mano en el marco de la puerta a través del que te veo y espero sin prisa ni pausa a que el destino se resuelva como quiera. Por que tarde o temprano, con más o menos dolor, todos debemos seguir un consejo para aquel que lo necesita: Si lo quieres, déjalo ir.

Si perteneces a mi historia personal, cuando sea el momento, volveremos a cruzarnos. De esa irracionalidad espiritual que me he concedido desde hace años estoy seguro. Si algún día dudas, yo me mantendré firme por lo dos.

Sé un gran hombre y una gran persona. He sentido muchas veces cómo late tu corazón como para saber que tras de tí hay una gran persona, deja que otros lo escuchen. Si lo haces, por inocuo que parezca, el mundo será un lugar mejor. Un lugar donde personas, como yo lo hice, podrán ser felices durante un tiempo o quizá por la eternidad.

No tengas prisa por buscar el camino blanco o negro. En 24 años he sido muy feliz y siempre he viajado en el gris. No seas razón o corazón. Cada uno existe por un motivo. Sé sabio a la hora de escucharlos. No temas por que siempre puedes volver y equivocarte es derecho y un deber.

Querido lector, amigo, amante y amor; firmo esto con el mismo sabor agridulce. No me despido por que de alguna manera siempre estaré contigo. No me reencuentro para que tomes el timón de tu vida. Sólo te contesto, te doy permiso para que te desagas de todo el equipaje que te pese. Anillos, objetos o recuerdos. Déjalo todo por que no los necesitas. Cuando me extrañes estaré dentro de ti.

Una de las necesidades más grandes del ser humano es amar y ser amado. Yo ya vivo con ello día a día, es una sensación que calma mis miedos y me da fuerzas. Haz lo mismo por que yo no dejaré nunca de quererte. Querido lector, amigo, amante y amor.... hagas lo que hagas, vallas donde vallas... contigo o sin ti, como amigo, amante, amor o hermano, yo te querré siempre. No es una promesa, desde que te conocí... es un hecho que no cambiará.

Namaste Nacho.

Al final - Amaral

MANTRA. LOS SONIDOS DE NUESTRA ALMA


Mantra es una palabra de origen sánscrito (lengua sagrada del hinduismo y del budismo tántrico) , que esta formada por los términos manaḥ y trāyate, que se traducen como mente y liberación repectivamente, de ahí se dice que un mantra es un instrumento para liberar la mente del flujo constante de pensamientos que la confunden.
Un mantra puede ser una sílaba, una palabra, una frase o una horación corta hindú y budista que al ser recitado y repetido va llevando a la persona a un estado de profunda concentración

En el budismo tibetano, cada mantra se considera el sonido correspondiente a un cierto aspecto de la iluminación y se recita para identificarse con ese aspecto de la mente iluminada.

El Mantra es una palabra o grupo de palabras sin un contenido semántico específico. Un Mantra es un conjunto de sílabas en sánscrito que se recita un determinado número de veces para conseguir un logro, que puede ser mundano (obtener algo, lograr alguna habilidad) o trascendente (el logro supremo, que en el budismo tibetano consiste en la iluminación no solamente racional, sino de la verdadera naturaleza de la mente). También puede definirse como un sonido o combinación de palabras que por su construcción, significado y ritmo, posee la capacidad de concentrar la mente, elevándola.

La palabra es sonido. El sonido es vibración. Vibración es energía. Según el hinduismo, el Mantra "Om" es el sonido primigenio del universo, el origen y principio de todos los Mantras.

En la tradición hindú, la función primordial de los Mantras es liberar a la mente del condicionamiento material y elevar la conciencia a un plano superior o espiritual. Dentro de la doctrina gaudiya vaisnava, el Mantra más importante es el maha Mantra Hare Krishna.

En el budismo tibetano, cada Mantra se considera el sonido correspondiente a un cierto aspecto de la iluminación y se recita para identificarse con ese aspecto de la mente iluminada.

Por ejemplo, el conocido "om mani padme hum" corresponde a la compasión. Se traduce: ‘¡Oh, joya en el loto!’, siendo originalmente el célebre Mantra om el símbolo sonoro correspondiente al Brahman, aunque tal Mantra pasó a ser parte de una célebre frase budista.

Según la tradición budista pollivetana, un Mantra no tiene efecto completo si la práctica de su recitación no es supervisada y autorizada por un maestro competente (lama en tibetano, gurú en sánscrito), respaldado a su vez por un linaje de maestros que -en el caso del budismo- debe remontarse hasta el Buda (no necesariamente el Buda histórico). Según el budismo, además de recitarse, un Mantra se puede escribir en determinados lugares para beneficiarnos con su influencia espiritual.

El recitar Mantras es un ejercicio mental interno y espontáneo. Recitar un Mantra no significa la mera repetición vocal de sílabas habladas. Muchos meditadores conocen por experiencia que el acto de recitar Mantras trasciende de sonidos y palabras externas. Es mas bien como escuchar un sonido interno sutil que siempre ha habitado nuestro sistema nervioso.

Cuando recibimos la transmisión de un Mantra de un maestro cualificado, la integración de la sabiduría de ese Mantra dentro de nuestra consciencia es grandemente facilitada. A través del poder de la sabiduría del Mantra podemos comunicarnos fácilmente con nuestra propia y verdadera sabiduría interna mientras permanecemos libres de distracciones externas. El estado normal de mente orientado al mundo nos impide dejar ir los problemas emocionales cuando ellos surgen. Estas distracciones invaden nuestra mente y constantemente impiden nuestra concentración. Cuando recitamos un Mantra esta agitación mental amaina espontáneamente, dejando nuestra mente en un estado de paz. El Mantra trae una mas fuerte y mas integrada concentración en un solo punto. Él, rápidamente nos libra de las interrupciones causadas por nuestra respuesta sensorial habitual a los estímulos externos.

Cuando intentamos desarrollar una percepción penetrante de la vacuidad, sería absurdo el tener cantidad de tiempo para comer y dormir, y ningún tiempo para recitar Mantras. Normalmente, tenemos mucho tiempo para escuchar habladurías sin sentido pero ningún tiempo para desarrollar nuestra sabiduría escuchando nuestro sonido interno. A decir verdad, nuestro sonido interno puede ser el medio para lograr un perfecto samadhi, una perfecta absorción en la realidad.

La existencia de sonido interno no puede ser negada. Nuestro sistema nervioso posee su propio sonido interno específico. Esto no es algo que los mahayanas hayan inventado; es una realidad objetiva que existe dentro de nosotros. Por ejemplo, el sonido ‘a’ existe dentro de nosotros desde que nacemos. Todos los sonidos del habla han derivado de ‘a’. Sin ‘a’ no habría ningún otro sonido.

El Mantra se vuelve más poderoso cuando es impartido por un maestro cualificado que posee una profunda experiencia interna del Mantra. Él, ha adquirido el poder del Mantra de su propio maestro, y ha obtenido mas experiencia estando en retiro. Además, un buen maestro crea una situación que acentúa nuestra receptividad a la sabiduría transmitida por el Mantra.

El Mantra funciona de muchas maneras. La recitación de un Mantra un numero dado de veces, combinado con la concentración, abre instintivamente nuestra mente a percepciones y poderes supra-normales. Los Mantras pueden utilizarse también como terapia para enfermos, y pueden llevar paz a los perturbados mentalmente. Esta ha sido la experiencia de muchos meditadores.

El Mantra es energía. Es siempre pura, y no puede ser contaminada por procesos de pensamiento negativo. Ya que el Mantra no es una energía burda, no puede ser corrompido de la manera en que los fenómenos sensoriales son corrompidos por nuestras propias mentes. Uno puede descubrir fácilmente el poder del Mantra por si mismo embarcándose en un retiro de meditación.

Aquellos dotados de hábil sabiduría lograran realizaciones de manera natural a través del poder del Mantra. Los practicantes del Mantra yoga descubrirán que el sonido interno se vuelve uno con el Mantra mismo. Entonces incluso su habla normal se convierte en Mantra.

jueves, 3 de junio de 2010

NAMASTE


Una expresión que va mucho más allá del saludo concebido en el sur de Asia y proveniente de la India por la religión y cultura hindú. Se acompaña de una inclinación de la cabeza hacia adelante con las palmas de las manos juntas a la altura del pecho.

Dar un significado exácto es quizá imposible, pero un compendio de ellos da una idea general de la grandeza de esta palabra:"Yo honro el lugar dentro de ti donde el Universo entero reside. Yo honro el lugar dentro de ti de amor y luz, de verdad, y paz. Yo honro el lugar dentro de ti donde cuando tú estás en ese punto tuyo, y yo estoy en ese punto mío, somos sólo Uno"

"El Dios que está en mi saluda al Dios que está en ti"

"Yo saludo a la luz de Dios que está dentro de tí"

EL HOMBRE DE BLANCO



Una parte de mi es descendente. Gusta de los cafés y del alcohol servidos en vaso grande y ahogados en sonrisas disfrazadas para acabar en su resaca mirando perdido y con la mirada baja los resquicios de un tiempo mejor. Una parte de mi teme al mundo, a lo que fue, a lo vivo y a lo que vendrá.

Esa parte goza de tardes en cama, mira con aprecio la lluvia, late notas de piano y huele a dos días sin duchar. Esa parte observa el mundo desde el banco de los recuerdos, viste gafas de sol opacas e implora besos y abrazos por igual.



Otra parte de mi es ascendente. Gusta de la vida a cada paso, contempla satisfecho su composición de detalles y sonríe sincero mirando a su alrededor con pupilas tintineantes. Esa parte de mi adora lo que fue, en lo que me convirtió y se queda inmóvil en el presente alardeando jovialmente de ser quien es, tener lo que tiene y vivir lo que vive.

Esa parte de mi goza de tenderse al sol sobre un mundo rural, de lo verde y amarillo, del olor a monte y del olor a mar. Trae a su mente oleadas de recuerdos de cariño y de afecto, de aventuras escritas en su libro de tapas duras. Vibra con la música, el cine, la comida y de los refrescos tendidos en terrazas junto al mar.

¿Quien soy yo? Un equilibrio perfecto entre mi propio bien y mal, la batalla entre el blanco y negro de mi yingyang interno, una emisora de latidos a alta frecuencia que deambula entre lágrimas saladas y sonrisas dulces.

A veces triste, a veces pletórico, a veces derrotado y otras victorioso, tan alto como bajo al igual que gordo que delgado como feo que guapo o como solo que arropado.

Tan simple como ser el chico que viste de negro o viste de blanco, dos caras de una misma moneda, la ola que sube y la ola que baja

Hoy vuelvo a poner timón rumbo al Sur. Al lugar donde nunca he sido más feliz, piloto con pantalones de lino y dejo que el sol me ciege y atraviese mi mirada. Hoy dejo la ciudad para ver el mar volverse plateado bajo la estrella del día y sin quererlo la vida me demuestra que puede ser perfecta si la miras desde la costa adecuada. Así que tiro ancla, me varo en mi playa y decido que hoy y durante todo el tiempo que pueda me escondo entre palmeras, entre sueños e ilusiones, canto bajo el agua, doy paseos sin camino, impregno en mi piel el olor a verano y luzco radiante y moreno, relajado y finalmente... feliz.


lunes, 31 de mayo de 2010

AGNÓSTICO


Como agnóstico considero que la mejor filosofía ante la vida que uno puede tomar es ahogarse en la divinidad de todo aquello que puede observarse... oirse... olerse... sentirse... degustarse.

El Dios al que rezo es aquel al que me embarga cuando me despierto y siento que la magia nos rodea a todos. Recuerdo su nombre y su significado cuando sostengo el pasado hasta el prensente en angulos de 360º en mi mano. Y la cierro con mis ojos sabiendo que mi biblia es lo que aprendí, lo que viví, lo que hasta hoy me ha hecho ser quien soy.

No lo busco detrás del cielo. Sólo miro el cielo. En su día, en su noche. Su azul, tan intenso, tan profundo, tan cambiante, voluble y efímero.

El calor del sol en mi piel desnuda, su fulgor aún latente que traspasa mis párpados y permanecen. La trasparencia de los iris al dejarse penetrar por la luz que los envuelve.

Las rosas que crecen al pie de mi calle; de un olor único, de una belleza irrepetible... sus pétalos con corazón vainilla y bordes rosados, las que imponen su vivo color sangre y las que inocentes emergen blancas de sus tallos.

Y ahí vive mi dios, mi religión y yo. ¿Y cómo no hacerlo? ¿Acaso no escuchaste el sonido del mar? He visto el mundo desde la cumbre de una montaña, he sentido su hierva suave bajo mis dedos, un pájaro suspendido entre corrientes de aire.

Y he sentido el amor, por fuera, por dentro. Ha habido abrazos científicamente inexplicables y besos que han erizado mi piel. Tanto como las canciones que se encadenan a los besos, que me llevan a personas y personas a momentos como momentos a sentimientos anidados en recuerdos.

Sentí la lluvia y la tristeza de una fuerza tan grande como la potencia de una masa de agua que rompe incansable contra su arrecife.

Mi religión vive en mis lágrimas y en mis exhalaciones. En el dolor y en las sonrisas. Sus leyes y mandamientos son los tatuajes que se grabaron en mi alma a través del tiempo, la firma de los días, las personas y acontecimientos. Su forma es la estela que deja la luz de mi vida, su credo es este y su permanencia llega hasta donde yo voy.

Mi Dios va conmigo, de mi mano, lleva mi nombre, mis normas y leyes. Por que yo soy mi experiencia, y mi experiencia es el único Dios en el que puedo creer.

viernes, 14 de mayo de 2010

LEARNING


El tener problemas nos iguala a todos los individuos. El cómo solucionarlos es lo que nos hace diferentes.

El dolor es común para todos los seres humanos, pero sólo unos pocos lo transforman en energía para aprender de los errores y avanzar de nuevo con más fuerza y sabiduría que antes.

Madurar sólo es eso; un asimilamiento positivo de las cosas que nos suceden día tras día. Vuelve la vista atrás, revisa los pasos, localiza los errores y apúntalos a la complicada ciencia de cómo vivir la vida.

Darás pasos, te caerás, te sangrarán las rodillas, cojearás, te quedará cicatriz... pero si aprendiste de la caída envejecerás luciendo orgulloso las huellas que te deja la vida.

No importa lo que sea lo que te haga sufrir, no importa el problema al que te enfrentas. Utilízalo. Vuélvelo a tu favor, intégralo como una nueva arma para defenderte de la peligrosa expedición que es recorrer las etapas de la vida.

Así que... golpea duro y deja de llorar. Eleva los puños, véndate las muñecas y prometámonos no ser víctimas nunca más. Por que pase lo que pase, siempre, siempre; seguiremos en pie. La cuestión es... ¿En qué dirección seguirás?

miércoles, 12 de mayo de 2010

SIN LUGAR A LA RAZÓN


Sentir un soplo en la nuca desnuda, un grandioso masaje en la espalda, soñar despierto, besar los labios que largo tiempo llevas buscando, oler el aroma de un cuerpo que deseas, el cándido instante de un orgasmo. Todo tiene una cosa en común; para que la cosa funcione... debe hacerse con los ojos cerrados.

Un buen amigo mio estudioso de la mente humana afirma la fábula. En la elección del amor la razón no tiene espacio ni lugar. Sólo se siente, cierras los ojos y das un paso al frente.

Pero desterrar la lógica no es fácil. El amor puede trascender a muchas cosas: sonrisas, exhalaciones, afecto, seguridad, orgullo, compañía, placer, empatía, ternura y al mismo amor; pero por su otra vertiente el dolor puede derramarse tan dramáticamente como una copa de vino en un mantel blanco dejándote tan manchado como vacío, tan asente de ti mismo como violado por el pasado.

Así que... ¿Cómo permitirse sufrir a ciegas? Si soy un ateo ante la vida ¿Cómo no ser agnóstico frente a los saltos de Fe?

Dicen que la respuesta se encuentra en los versículos de la historia que construyes: por que al disfrutar del proceso ya has saldado la deuda del potencial dolor que posteriormente te puede constituir.

Y quizá sea cierto que mezclar amor y ciencia sea cómo mezclar aceite y agua, que el amor no se pueda someter a listas de pros y contras. Que quien no arriesga no gana, que no debes apenarte por lo ocurrido si no alegrarte por lo vivido, que vale más luchar y perder que no inmóvil dejarte vencer.

Y el caos es tan grande al quererte que no hay canciones suficientemente altas, excesiva pintura en un lienzo, demasiadas palabras en la introspección ni lágrimas en la emoción. Sigo sólo sintiendo, embargando mis pertenencias más internas por el propio odio amor. Por que como leí una vez, odio quererte y odio odiarte como quiero quererte y quiero odiarte, y odiando odiar y queriendo querer hoy sólo sé que nosé que hacer.

POR LA FERIA DE LO ANTIGUO


Tras las puertas del trabajo asumí el papel del hombre que quiero ser y desempolvando el cansancio de mi cuerpo dirigí mis pasos a la calle Ricoletos de Madrid donde me esperaba una buena amiga para asistir un año más a la Feria del Libro Antiguo de Madrid.

Ante el hambre y las horas mi buena amiga sostenía una bolsa del MacDonals cargada de hidratos que decidimos devorar en un banco del Retiro. Y mientras el día grís avanzaba y nuestras conversaciones se entrelazaban, la comida se extinguía a la par que nuestros estómagos se llenaban. Antes de despedirnos concedimos un buen rato a contentar a la panda de gorriones que desde hacía tiempo parecíamos tener de espectadores. No hay nada más bonito en un día gris que dar migas a tremendos animalillos. Más allá de la dulzura de su aspecto resulta tronchante ver lo ágiles que son de movimiento robando todo posible alimento a sus superiores y más torpes las palomas. Enternecido y divertido puse fin a sus festines y me alegré al comprobar de que hoy en día aún hay miles de cosas geniales que hacer gratis y en cualquier parte.


Siempre me gustaron las ferias, los rastros, los mercadillos y todos esos lugares donde puedes reencontrarte económicamente con tus gustos y pasiones. Saqué mi tabaco de liar y observé a los que parecían los intelectuales y sabios de este siglo. Los hombres con bigote tendían a rebuscar entre los libros de tapas viejas y duras, buscando gangas, los jóvenes en las secciones de arte griego y novedad, las madres en los clásicos, las abuelas dejaban su melancolía impresa en las postales del viejo madrid y un par de viejos fumando en pipa ansiaban ediciones especiales y versiones de esto y lo de más alla.

40 librerías despidiendo olor a polvo cubrían toda la calle, devolviendo a la vida lo muerto. 40 puestos rodeados a diestro y siniestro de hambrientos culturales.

Y ahí estaba yo, buscando una enciclopedia de cine que perdí en mis manos el año pasado. Pero la Feria del Libro Antiguo tiene la facultad de darte siempre lo que realmente buscas. Puedes ir a por lo que quieras y saldrás de ella sólo con lo que necesitas.

A la media hora la lámina de "El beso" de Robert Doisneau apareció tras un montón de chatarra a un precio ineludible. 3 horas más tarde, dos puestos antes de acabar y mareado por leer tantos títulos en tantos sentidos y distancias un libro acabó con mi efectivo.

El beso despidió a mi amiga y con mi bolsa en mano volví al metro inmerso en la lectura de un libro vulgar: "Amor al segundo intento" parece ser que era exáctamente con lo que necesitaba encontrar.

martes, 11 de mayo de 2010

TE AMO...



No te amo como si fueras rosa de sal, topacio
o flecha de claveles que propagan el fuego.
Te amo como se aman ciertas cosas oscuras,
secretamente, entre la sombra y el alma.

Te amo como la planta que no florece y lleva
dentro de sí, escondida, la luz de aquellas flores.
Y gracias a tu amor vive oscuro en mi cuerpo
el apretado aroma que ascendió de la tierra


Te amor sin saber cómo, ni cuándo, ni de dónde.
Te amo directamente sin problemas ni orgullo.
Te amor así porque no sé amar de otra manera.
Tan cerca que tu mano sobre mi pecho, es mi mano.
Tan cerca que cuando cierras tus ojos, yo me duermo.


Lo siento.

NO HAY CARTAS DEL TIEMPO


Y te veo callado, y me miras ausente... y aunque la dicha quedó en el pasado se desdicha el presente.

Las aceras me la juegan cuando un paso adelante me lleva dos hacia atrás o cuando miro el adoquín y no sé si seguir, si escapar, si dar un rodeo o marcha atrás.

Porque aquí sigues, llenando de tinta mis palabras, asentado en mi mente, asaltando mis sueños que inconscientes te traen y te llevan sin parecer entender que amar hiere y duele y hiere y duele.

Las estaciones pasan, las flores se caen y el cartero del tiempo mintió por que ni su medicina no ha curado mis heridas ni ha traido a las preguntas sus respuestas.

Así que dime... ¿Te abrazo y prometemos no soltarnos? ¿Te regalo mi último te quiero? ¿Te acaricio y te digo que esto es lo único que quiero?

Y mientras, te observo callado y mis palabras miras ausente. La dicha es del pasado y la desdicha del presente.

lunes, 10 de mayo de 2010

ANOCHECE Y AMANECE, CADA DÍA, DE UNO A OTRO Y DE OTRO A UNO








A veces amanece y soy creyente.
A veces anochece y pierdo la fe.

lunes, 26 de abril de 2010

2. DESORGANIZACIÓN




Eres una constante en un mundo en constante tráfico. El peatón en medio de una autopista. La sombra quieta en Gran Vía. El hombre sin maleta que espera en un andén sin saber qué tren coger. Los pies quietos a medio camino de las vías de un tren.

¿Qué paso darás?
¿Te regalarás a la noche y a sus perversiones? ¿Te mantendrás en la osuridad de la cama? ¿Escaparás para empezar de cero? ¿Serás el hombre que se cede el alcohol, al sexo y al falso olvido tras el humo de la marihuana fumada? ¿Serás el eco de lo que eras, cual mímesis de un hombre que no se reconoce?

¿Qué paso darás?
¿Le regalarás tus besos al primero que te abrace? ¿Desterrarás la fe en el amor? ¿Buscarás a alguien o escaparás de todos? ¿Buscarás rendención o culpables?

¿Qué paso darás?


A veces uno no sabe lo que quiere, lo piensa o lo que siente. La mente manda mensajes tan rápidos y cruzados que el entendimiento se pierde, la razón de debilita y la incomprensión lo inunda todo. Es un debate con ecos cerebrales que no atiende a razones o argumentos. Ni el sentimiento se nomencla... amor, odio, ira, incomprensión, empatía, culpa, resentimiento, desdén... El aire se carga y las posibles direcciones se multiplican. El movimiento deja estelas a tu alrededor.

Entonces haz un esfuerzo. Ignora el viento frío de la calle, la calima, la lluvia o la nieve. No importa el momento, el lugar ni las circunstancias. Sólo recuerda... Cierra los ojos y trata de volver al Oscar que eras, ponerte su ropa y su piel, dirigir tu primer paso a un lugar tranquilo, sentarte en un banco, sacar el móvil y hacerlo.

Hazlo. Y hazlo sin miedo por que puede ocurrirle a cualquiera... es fácil perderse y dejar de entender de repente el idioma en el que habla tu mundo. Es fácil querer sumergirse en el agua y probar a no querer salir. Tan fácil cómo perder el tiquet que marca tu asiento. Tan fácil cómo olvidar quien eres, qué haces ahí y por qué.

Tú sólo hazlo, busca su nombre y aprieta el botón. El nombre de la persona que siempre supo quien eras y cuyo amor y cariño no ha extinguido el tiempo, la evolución innata ni las distancias. Busca a esa persona que no necesita ni un motivo ni un porqué para abrazarte. No necesita un contrato de sangre para ligarse a ti. Aprieta el botón y no te preocupes por nada más que por hacer las maletas...

Por que cuando uno no puede resolver el problema... es tan simple cómo hacerlo entre dos.