lunes, 28 de junio de 2010

UN MENSAJE EN UNA BOTELLA



Revelo en papel estas palabras desde la orilla de una playa muy lejos de donde nací. Desde aquí apenas reconozco el olor de este mar o el color de este cielo. Desde aquí no es la misma la arena entre mis dedos ni las caras que me otean.

Aquí, lejos de todo y de todos a los que acostumbro sólo me familiarizo con una sólo una cosa... tú ausencia. Tu ausencia aún latente y perpetua. Los trozos de voz, olor, textura, sentimiento y sabor que se niegan a erosionarse o disiparse por más que los dejo sólos frente al tiempo. Tu fragmentos suspendidos en mi conciencia.

Te hice una promesa. Te prometí libertad.

El espacio necesario para que pudieses abrir los brazos, cerrar los ojos, olvidarme y empezar a volar. No volver a tu piel, no volver a tus ojos. Quedarme fuera de tu alcance de tu mirada para que descubrieses un nuevo camino hasta que pudiese quedarme delante de tu puerta con un billete sólo de ida.

Pero ¿Cuánto tiempo tarda en ahogarse el amor en la distancia? ¿Cuánto tiempo más va a extrañarte mi mente y mi cuerpo? Sólo siento el pesar del tiempo, la letanía de sus días, tu presencia transparente en el cielo, imposible de alcanzar con los dedos.

Sé las condiciones para poder recorrer el camino de vuelta. Y aún no las tengo. Mi camino sigue dibujando puertas lejos de la M-40. Me pregunto si hay alguna decisión más adepta que una nuestras sonrisas con nuestras existencias de manera perpetua.

Sé que he cambiado, que te llevo lejos de mi y que cada día que pasa entraña un gran riesgo. Y duele, duele dentro, duele en el estómago en alma y en el pecho, y duele tanto tanto que a veces, en una playa como esta, el dolor es tan grande dentro que no se contiene y se supura fuera. Por que no estás aquí, ni a mis espaldas ni a mi vera. Por que por mucho que busque y busque no estarás en ninguna de esas caras que esta ciudad lleva. Por que es un secreto solitario donde nadie sabe cuánto duele o por que mis ojos se quedan tantas veces fijos en la arena.

Cuando lo bueno o lo malo laten desdemidos, la fortaleza siempre cede e intento devolverte a mis brazos para compartirlo... miro pensativo el móvil y acaricio la dirección que por minutos nos acerca. Número a número, tono a tono, corazón en puño; todo se resuelve con tu voz en mi oreja. Pero hace frío, lo siento en el aire, lo siento en silencio, lo siento en ti. Entonces comprendo que callado me pides que te deje, que te deje ir, ir lejos de lo que fuimos, lejos de mi.

Cuando vuelva a casa dejaré esta carta donde puedas verla. En el único sitio donde permanecen a salvo las letras y las identidades. El camino por pocos conocidos donde sé que te encuentras. Alza las manos cuanto quieras, desde mi bote perdido seguiré mandando mensajes en botellas.

Sé que agradecerías que no fuese a verte, que no te llamase más dando leña y leña a la hoguera. Pero lo cierto es que en la noche más corta del año estuviste en mi hoguera, y por mucho que ahogué el fuego; Una vez más, a la mañana siguiente, me despertó tu ausencia.

Por eso... cuándo te sientas sólo, si alguna vez pierdes la cabeza, por favor búscame y hazme una seña. Llámame en silencio, en la noche, no digas nada si no quieres. Me vale un sólo silencio para saber que aún me sientes.

Aún vivo en palabras y letras, aún tuyo... en un mensaje en una botella. Te amo, lo siento, me duele, te quiero. Descórchame cuando quieras.

domingo, 13 de junio de 2010

DIBUJANDO SUEÑOS

Dibujar nuestro futuro no es sólo una forma dulta de soñar... dibujar nuestro futuro puede convertirse en nuestra brújula personal cuando sentimos que no sabemos a donbe ir.

Era de noche... y Alex soñaba.


La cálidez de un nuevo amanecer se colaba en la habitación inundándo todo de colores naranjas y dorados. Las venecianas de madera dibujaban líneas de luz en su cara y en su cuerpo. Ni un sólo ruido. Sólo paz.


Cada mañana al despertarse Alex miraba a través del ventanal... observaba el horizonte verde que un día había elegido con su marido para ser la primera cosa que pudiesen ver cada día de sus vidas. Una postal perfecta que cada nuevo día se emergía en coloresde colores bajo cielos normalmente despejados.

Con los años había aprendido que algunas costumbres son necesarias para el cuerpo y para el alma: Se incorporaba, colaba entre los dedos de los pies sus chanclas griegas, se asomaba a la luz, soltaba la cerradura de la ventana y dejaba que el aire y color de la mañana lo inundase todo. Obsevaba sin prisa la belleza de la naturaleza, sus pequeños cambios, sus detalles; y luego, como un ciego, cerraba los ojos para sentir el cambio de la temperatura en su cuerpo y oler la brisa fresca del alba con la mayor intensidad. Ese olor era el mejor incienso, el perfume que quisiera poder atrapar el resto de sus días.


Su marido, Oscar, solía decirle que en esos momentos sus ojos se volvían más bellos que nunca: frente a ese mundo verde, con la mirada perdida en la luz sus iris de color avellana se volvían mieles, dorados y translúcidos.


Acariciaba con su mano enjabonada su propio cuerpo y extrañaba los abrazos desnudos que tantas veces su amor le regalaba. Luego disfrutaba de la cortina de agua tibia que desprendía la espuma de su piel dejando esta limpia y aromatizada. Crema, colonia e higiene dental para honrar su propio cuerpo.


Con los vaqueros y camiseta puestos se acercaba con tiento a la habitanción de los niños. Ana, de 6 años, siempre siempre guardaba a lo largo de todo su sueño la misma posición que tenía 8 horas antes, cuando el cansancio la vencía. Sin embargo a Carlitos, de 3 años, había que vigilarlo siempre a media noche; y aún así, cada mañana, tenía de nuevo la manta en el suelo. Se movía en sueños sin descanso, pero indiferente a donde las aventuras de sus sueños le llevaran, sostenía siempre a su peluche, llevándoselo siempre allá donde fuese.


Oscar me hizo prometer que todos los días de su vida les despertaríamos besándoles las mejillas, así que aún en su ausencia me sentaba en el borde de cada cama y los besaba y les hablaba al oido hasta que poco a poco se despertaban. Ana tenía el buen humor mañanero de su padre. Carlitos era menos influenciable.

Se duchaban y se vestían bajo mi cercanía y supervisión; y lo hacían rápido sobornados por un buen desayuno y dibujos animados.

Una vez en la cocina exprimía las naranjas que el vecino nos regalaba de su finca. Rellenaba los cuencos con copos de avena y los cubría en leche entera, los vasos con el zumo y sobre un plato era rutina cortar y pelar algunas de las piezas de fruta de temporada. Un desayuno de colores y sabores, exuberante y completo, siempre rotativo para desblindarlos de las costumbres culinarias y que tuviesen un paladar culto y tolerante.



La noche se desvanecía... y Alex despertó.

viernes, 11 de junio de 2010

CAMBIANDO EL MUNDO A BESOS

SPOTS Y CAMPAÑAS

CÁNCER DE MAMA

VIOLENCIA DE GÉNERO


MINISTERIO DE IGUALDAD


ALCOHOL. TÚ VERÁS LO QUE TE MOLA

DECLARACIÓN UNIVERSAL DE DERECHOS HUMANOS


www.youthforhumanrights.org

La DUDH (Declaración Universal de los Derechos Humanos) se compone de un preámbulo y 30 artículos que recogen derechos de carácter civil, político, social, económico y cultural. Es un documento declarativo adoptado por la Asamblea General de las Naciones Unidas en su Resolución 217 A (III), de 10 de diciembre de 1948 en París, que recoge los derechos humanos considerados básicos.

Incluyen a toda persona, por el simple hecho de su condición humana, para la garantía de una vida digna. Son independientes de factores particulares como el estatus, sexo, orientación sexual, etnia o nacionalidad; y son independientes o no dependen exclusivamente del ordenamiento jurídico vigente.

En 1978 se firmó el Artículo 10 Apartado 2 de la Constitución Española:
Las normas relativas a los derechos fundamentales y a las libertades que la Constitución reconoce se interpretarán de conformidad con la Declaración Universal de Derechos Humanos y los tratados y acuerdos internacionales sobre las materias ratificados por España.

DERECHO HUMANO Nº1


DERECHO HUMANO Nº2


DERECHO HUMANO Nº 3


DERECHO HUMANO Nº4


DERECHO HUMANO Nº 5


DERECHO HUMANO Nº 6


DERECHO HUMANO Nº 7


DERECHO HUMANO Nº 8


DERECHO HUMANO Nº 9


DERECHO HUMANO Nº 10


DERECHO HUMANO Nº 11


DERECHO HUMANO Nº 12


DERECHO HUMANO Nº 13


DERECHO HUMANO Nº 14


DERECHO HUMANO Nº 15


DERECHO HUMANO Nº 16


DERECHO HUMANO Nº 17


DERECHO HUMANO Nº 18


DERECHO HUMANO Nº 19


DERECHO HUMANO Nº 20


DERECHO HUMANO Nº 21


DERECHO HUMANO Nº 22


DERECHO HUMANO Nº 23


DERECHO HUMANO Nº 24


DERECHO HUMANO Nº 25


DERECHO HUMANO Nº 26


DERECHO HUMANO Nº 27


DERECHO HUMANO Nº 28


DERECHO HUMANO Nº 29


DERECHO HUMANO Nº 30

Waris Dirie


Desde pequeño soñaba con el cine. Poder mostrar al mundo las cosas que para mí son y eran importantes, dar voz al silencio e imagen a lo que la gente no ve.

El cine como forma de expresión, de arte, de comunicación. Me ha dejado vivir lo invivible, ha resucitado lo muerto, ha dado forma a sentimientos y en su máxima expresión ha cambiado muchas veces mi forma de ver el mundo. Si el cine hizo esto en mí, poco a poco, paso a paso, significa que mi pasión puede a veces cambiar a personas, y una a una, cambiar el mundo.

Día a día, cosas como esta me lo recuerdan:

"La flor del desierto" - Sobre la vida de Wairis Dirie


jueves, 10 de junio de 2010

LOS OJOS DE ÉL


Alex siempre había sido corriente.

Desde niño su fisionomía no lo había hecho ni muy guapo ni muy fuerte. No vistió su cuerpo de manera extravagante y ni sus caminos ni su forma de andar lo habían hecho digno de atención. No era algo descriptible lo que Alex poseía, sólo demostrable: Cuando mirabas a sus ojos y estos te devolvían la mirada... podías ver en su claro color avellana algo cándido, inocente o inmaculado. Unos ojos transparentes, fulgurantes e incandescentes.

Era sólo eso, su mirada; el contorno de sus ojos, los dibujos del iris, la manera que él tenía de ver el mundo o el reflejo que el mundo podía ver en él. Sea como fuere desde que había nacido la gente veía en Alex algo que ni él mismo atinaba a distinguir. "Serás una gran persona" - decían - "Sé que eres bueno, lo dicen tus ojos". Frases como esas se aglutinaban en su mente cuando se miraba perdido en el espejo intentando encontrar en sí mismo todos los augurios que desconocidos, queridos y paseantes le habían propinado.

Alex creció, y a lo largo de los años mantuvo ese brillo en sus ojos, ese halo de humanidad clandestina que desde su nacimiento se había anidado en él. Y esos ojos que paseaba por el mundo eran un extraño designio que Alex no lograba desentrañar. Él los veía como un destino por cumplir, un mandato al que obedecer y aunque no lograba desvelar el mapa en su reflejo dirigía sus pasos intentando ser fiel a lo que la gente en él prometía ver.

Cuidaba así sus pasos y sus actos, pero Alex sembró amor y dolor, a veces a conciencia, otras veces dejando escapar inconsciente las semillas de un fruto por cosechar. Le venía una vida dulce y agria por igual y cuando erraba sentía que vestía un regalo robado y que vivía un papel de teatro ensobrado en la piel de un actor desgraciado.

Creo que nunca se sabrá quien tendió la trampa o la verdad, si Alex a sí mismo, los desconocidos a un niño o si fue un gracioso revés de la vida. Al final, autosugestión o divinidad, mentira o verdad, la ocasión sirvió de excusa y la causa dictó efecto, por que cuando miro los ojos de él, sus profundos y castaños ojos, creo.

No siento un dios en el mundo ni una religión me ha vuelto devoto, pero cuando miro sus ojos me vuelvo creyente de lo que veo... y sin querer creo que hay ángeles que se han vuelto humanos y humanos que pueden volverse ángeles.

Creo que ellos no lo saben, que viven amnésicos para que libres del recuerdo día a día puedan elegir quien y como ser. Lo sé y lo siento, por que cuando te miras a través de los ojos de él, cuando clavas tu alma en sus pupilas y te dejas ver en su ocular espejo... simplemente y sin saberlo... te ha regalado Fe.

viernes, 4 de junio de 2010

Querido lector:


A quien siempre me lee, al dueño de mis sentimientos más intensos y al emblema de las guerras que libro.

A quien sé que tarde o temprano recorrerá estas líneas buscando encontrar algo.

A mi amigo, a mi amante y a mi amor.

A ti.


Gracias por haberte cruzado en mi camino el día más largo del año en la noche más corta de hace dos años. Gracias por una historia teñida de miles de tonalidades y matizes en un camino donde ambos crecimos y evolucionamos. A veces juntos. A veces separados.

Querido lector, amigo, amante y amor... mi mayor deseo siempre será que vayas a donde la luz te ilumine más fuerte, donde tus ojos se vuelvan más verdes y donde tu sonrisa se desnude sin pudor.

Hoy no voy a provocar que nuestras voces se encuentren procurando conocer si tu alma ríe o llora. Hoy me quedo en la distancia, con la mano en el marco de la puerta a través del que te veo y espero sin prisa ni pausa a que el destino se resuelva como quiera. Por que tarde o temprano, con más o menos dolor, todos debemos seguir un consejo para aquel que lo necesita: Si lo quieres, déjalo ir.

Si perteneces a mi historia personal, cuando sea el momento, volveremos a cruzarnos. De esa irracionalidad espiritual que me he concedido desde hace años estoy seguro. Si algún día dudas, yo me mantendré firme por lo dos.

Sé un gran hombre y una gran persona. He sentido muchas veces cómo late tu corazón como para saber que tras de tí hay una gran persona, deja que otros lo escuchen. Si lo haces, por inocuo que parezca, el mundo será un lugar mejor. Un lugar donde personas, como yo lo hice, podrán ser felices durante un tiempo o quizá por la eternidad.

No tengas prisa por buscar el camino blanco o negro. En 24 años he sido muy feliz y siempre he viajado en el gris. No seas razón o corazón. Cada uno existe por un motivo. Sé sabio a la hora de escucharlos. No temas por que siempre puedes volver y equivocarte es derecho y un deber.

Querido lector, amigo, amante y amor; firmo esto con el mismo sabor agridulce. No me despido por que de alguna manera siempre estaré contigo. No me reencuentro para que tomes el timón de tu vida. Sólo te contesto, te doy permiso para que te desagas de todo el equipaje que te pese. Anillos, objetos o recuerdos. Déjalo todo por que no los necesitas. Cuando me extrañes estaré dentro de ti.

Una de las necesidades más grandes del ser humano es amar y ser amado. Yo ya vivo con ello día a día, es una sensación que calma mis miedos y me da fuerzas. Haz lo mismo por que yo no dejaré nunca de quererte. Querido lector, amigo, amante y amor.... hagas lo que hagas, vallas donde vallas... contigo o sin ti, como amigo, amante, amor o hermano, yo te querré siempre. No es una promesa, desde que te conocí... es un hecho que no cambiará.

Namaste Nacho.

Al final - Amaral

MANTRA. LOS SONIDOS DE NUESTRA ALMA


Mantra es una palabra de origen sánscrito (lengua sagrada del hinduismo y del budismo tántrico) , que esta formada por los términos manaḥ y trāyate, que se traducen como mente y liberación repectivamente, de ahí se dice que un mantra es un instrumento para liberar la mente del flujo constante de pensamientos que la confunden.
Un mantra puede ser una sílaba, una palabra, una frase o una horación corta hindú y budista que al ser recitado y repetido va llevando a la persona a un estado de profunda concentración

En el budismo tibetano, cada mantra se considera el sonido correspondiente a un cierto aspecto de la iluminación y se recita para identificarse con ese aspecto de la mente iluminada.

El Mantra es una palabra o grupo de palabras sin un contenido semántico específico. Un Mantra es un conjunto de sílabas en sánscrito que se recita un determinado número de veces para conseguir un logro, que puede ser mundano (obtener algo, lograr alguna habilidad) o trascendente (el logro supremo, que en el budismo tibetano consiste en la iluminación no solamente racional, sino de la verdadera naturaleza de la mente). También puede definirse como un sonido o combinación de palabras que por su construcción, significado y ritmo, posee la capacidad de concentrar la mente, elevándola.

La palabra es sonido. El sonido es vibración. Vibración es energía. Según el hinduismo, el Mantra "Om" es el sonido primigenio del universo, el origen y principio de todos los Mantras.

En la tradición hindú, la función primordial de los Mantras es liberar a la mente del condicionamiento material y elevar la conciencia a un plano superior o espiritual. Dentro de la doctrina gaudiya vaisnava, el Mantra más importante es el maha Mantra Hare Krishna.

En el budismo tibetano, cada Mantra se considera el sonido correspondiente a un cierto aspecto de la iluminación y se recita para identificarse con ese aspecto de la mente iluminada.

Por ejemplo, el conocido "om mani padme hum" corresponde a la compasión. Se traduce: ‘¡Oh, joya en el loto!’, siendo originalmente el célebre Mantra om el símbolo sonoro correspondiente al Brahman, aunque tal Mantra pasó a ser parte de una célebre frase budista.

Según la tradición budista pollivetana, un Mantra no tiene efecto completo si la práctica de su recitación no es supervisada y autorizada por un maestro competente (lama en tibetano, gurú en sánscrito), respaldado a su vez por un linaje de maestros que -en el caso del budismo- debe remontarse hasta el Buda (no necesariamente el Buda histórico). Según el budismo, además de recitarse, un Mantra se puede escribir en determinados lugares para beneficiarnos con su influencia espiritual.

El recitar Mantras es un ejercicio mental interno y espontáneo. Recitar un Mantra no significa la mera repetición vocal de sílabas habladas. Muchos meditadores conocen por experiencia que el acto de recitar Mantras trasciende de sonidos y palabras externas. Es mas bien como escuchar un sonido interno sutil que siempre ha habitado nuestro sistema nervioso.

Cuando recibimos la transmisión de un Mantra de un maestro cualificado, la integración de la sabiduría de ese Mantra dentro de nuestra consciencia es grandemente facilitada. A través del poder de la sabiduría del Mantra podemos comunicarnos fácilmente con nuestra propia y verdadera sabiduría interna mientras permanecemos libres de distracciones externas. El estado normal de mente orientado al mundo nos impide dejar ir los problemas emocionales cuando ellos surgen. Estas distracciones invaden nuestra mente y constantemente impiden nuestra concentración. Cuando recitamos un Mantra esta agitación mental amaina espontáneamente, dejando nuestra mente en un estado de paz. El Mantra trae una mas fuerte y mas integrada concentración en un solo punto. Él, rápidamente nos libra de las interrupciones causadas por nuestra respuesta sensorial habitual a los estímulos externos.

Cuando intentamos desarrollar una percepción penetrante de la vacuidad, sería absurdo el tener cantidad de tiempo para comer y dormir, y ningún tiempo para recitar Mantras. Normalmente, tenemos mucho tiempo para escuchar habladurías sin sentido pero ningún tiempo para desarrollar nuestra sabiduría escuchando nuestro sonido interno. A decir verdad, nuestro sonido interno puede ser el medio para lograr un perfecto samadhi, una perfecta absorción en la realidad.

La existencia de sonido interno no puede ser negada. Nuestro sistema nervioso posee su propio sonido interno específico. Esto no es algo que los mahayanas hayan inventado; es una realidad objetiva que existe dentro de nosotros. Por ejemplo, el sonido ‘a’ existe dentro de nosotros desde que nacemos. Todos los sonidos del habla han derivado de ‘a’. Sin ‘a’ no habría ningún otro sonido.

El Mantra se vuelve más poderoso cuando es impartido por un maestro cualificado que posee una profunda experiencia interna del Mantra. Él, ha adquirido el poder del Mantra de su propio maestro, y ha obtenido mas experiencia estando en retiro. Además, un buen maestro crea una situación que acentúa nuestra receptividad a la sabiduría transmitida por el Mantra.

El Mantra funciona de muchas maneras. La recitación de un Mantra un numero dado de veces, combinado con la concentración, abre instintivamente nuestra mente a percepciones y poderes supra-normales. Los Mantras pueden utilizarse también como terapia para enfermos, y pueden llevar paz a los perturbados mentalmente. Esta ha sido la experiencia de muchos meditadores.

El Mantra es energía. Es siempre pura, y no puede ser contaminada por procesos de pensamiento negativo. Ya que el Mantra no es una energía burda, no puede ser corrompido de la manera en que los fenómenos sensoriales son corrompidos por nuestras propias mentes. Uno puede descubrir fácilmente el poder del Mantra por si mismo embarcándose en un retiro de meditación.

Aquellos dotados de hábil sabiduría lograran realizaciones de manera natural a través del poder del Mantra. Los practicantes del Mantra yoga descubrirán que el sonido interno se vuelve uno con el Mantra mismo. Entonces incluso su habla normal se convierte en Mantra.

jueves, 3 de junio de 2010

NAMASTE


Una expresión que va mucho más allá del saludo concebido en el sur de Asia y proveniente de la India por la religión y cultura hindú. Se acompaña de una inclinación de la cabeza hacia adelante con las palmas de las manos juntas a la altura del pecho.

Dar un significado exácto es quizá imposible, pero un compendio de ellos da una idea general de la grandeza de esta palabra:"Yo honro el lugar dentro de ti donde el Universo entero reside. Yo honro el lugar dentro de ti de amor y luz, de verdad, y paz. Yo honro el lugar dentro de ti donde cuando tú estás en ese punto tuyo, y yo estoy en ese punto mío, somos sólo Uno"

"El Dios que está en mi saluda al Dios que está en ti"

"Yo saludo a la luz de Dios que está dentro de tí"

EL HOMBRE DE BLANCO



Una parte de mi es descendente. Gusta de los cafés y del alcohol servidos en vaso grande y ahogados en sonrisas disfrazadas para acabar en su resaca mirando perdido y con la mirada baja los resquicios de un tiempo mejor. Una parte de mi teme al mundo, a lo que fue, a lo vivo y a lo que vendrá.

Esa parte goza de tardes en cama, mira con aprecio la lluvia, late notas de piano y huele a dos días sin duchar. Esa parte observa el mundo desde el banco de los recuerdos, viste gafas de sol opacas e implora besos y abrazos por igual.



Otra parte de mi es ascendente. Gusta de la vida a cada paso, contempla satisfecho su composición de detalles y sonríe sincero mirando a su alrededor con pupilas tintineantes. Esa parte de mi adora lo que fue, en lo que me convirtió y se queda inmóvil en el presente alardeando jovialmente de ser quien es, tener lo que tiene y vivir lo que vive.

Esa parte de mi goza de tenderse al sol sobre un mundo rural, de lo verde y amarillo, del olor a monte y del olor a mar. Trae a su mente oleadas de recuerdos de cariño y de afecto, de aventuras escritas en su libro de tapas duras. Vibra con la música, el cine, la comida y de los refrescos tendidos en terrazas junto al mar.

¿Quien soy yo? Un equilibrio perfecto entre mi propio bien y mal, la batalla entre el blanco y negro de mi yingyang interno, una emisora de latidos a alta frecuencia que deambula entre lágrimas saladas y sonrisas dulces.

A veces triste, a veces pletórico, a veces derrotado y otras victorioso, tan alto como bajo al igual que gordo que delgado como feo que guapo o como solo que arropado.

Tan simple como ser el chico que viste de negro o viste de blanco, dos caras de una misma moneda, la ola que sube y la ola que baja

Hoy vuelvo a poner timón rumbo al Sur. Al lugar donde nunca he sido más feliz, piloto con pantalones de lino y dejo que el sol me ciege y atraviese mi mirada. Hoy dejo la ciudad para ver el mar volverse plateado bajo la estrella del día y sin quererlo la vida me demuestra que puede ser perfecta si la miras desde la costa adecuada. Así que tiro ancla, me varo en mi playa y decido que hoy y durante todo el tiempo que pueda me escondo entre palmeras, entre sueños e ilusiones, canto bajo el agua, doy paseos sin camino, impregno en mi piel el olor a verano y luzco radiante y moreno, relajado y finalmente... feliz.