lunes, 31 de enero de 2011

SEXO EN MADRID x14: Nos estamos conociendo


Como decía Mónica en Friends... "Esta vida es una mierda... pero te gustará".

Nuestras vidas no eran el sueño americano que habíamos soñado. Yo no trabajaba de director de cine, la universidad decepcionaba a Xacobe, Lucía no estaba prosperando en su trabajo y Juan... Juan es Juan.

El amor tampoco se encontraba esperando el metro a las 8 de la mañana, ni en el supermercado, ni en la cola del paro. El amor en la ciudad era algo mucho más complicado de lo que en un principio parecía ser. Cada persona tenía sus reglas, sus ideales, sus procedimientos, técnicas y procesos. Para algunos el amor comienza con un polvo, "por que si el sexo no funciona todo lo demás tampoco", para otros el amor seguía empezando con citas, para muchos al parecer el amor era una utopía y para no pocos el amor era algo para compartir.

"Nos estamos conociendo" era la frase con la que el brasileiro siempre detenía la evolución de su relación con Xacobe. Está claro que es necesario conocer a alguien antes de dar un siguiente paso pero... ¿Cuánto tiempo tiene que pasar para conocer a alguien?

Para Juan conocerse era verse y follar. Si ambas acciones no eran decepcionantes eras un candidato inmediato al puesto de novio. Conocerse era de hecho el nudo de sus relaciones, después del anillo comenzaba a descubrir cómo era el chico con el que estaba durmiendo. ¿Hay tanta prisa? Vale que a veces en la vida hay que tirarse de cabeza a la piscina pero... ¿No convendría mirar al menos si hay agua en ella?

Para Xacobe el "nos estamos conociendo" era algo lógico durante un tiempo. 30 citas y 300 polvos después la frase le parecía una tomadura de pelo. Quizá en ese sentido comprendía bien su postura. Él estaba a gusto con Robert, él siempre le hacía reír, le mostraba un mundo que no estaba a su alcance, aprendía de los años que le llevaba y le daba la seguridad que un veinteañero nunca puede ofrecerte.

Para mi conocer a alguien era un proceso sin fecha. Cada día descubres algo nuevo de la gente que lleva toda la vida a nuestro lado. Si es así supongo que yo busco conocer a alguien todo lo posible hasta que siento que todo lo que se de la otra persona es suficiente como para no querer prescindir de ello.

Para Lucía el "nos estamos conociendo" estaba escrito en la guía de los mandamientos de las solteras del Cosmopolitan: implicaba tener un mínimo de 5 citas sin sexo para no dejarte seducir por los motivos carnales y poder centrarse 100% en si el hombre que tenía delante era un buen partido o uno de segunda división.

En el juego del amor los cuatro nos pasábamos el día tirando el dado y moviendo ficha deseando quedarnos en una casilla para siempre.

Todos pensábamos que vivir en Madrid nos daría la oportunidad de encontrar algo mejor, sin embargo, Madrid te ofrecía una fuente inagotable de hombres a los que empezar a conocer

¿Es el exceso de opciones mejor que la falta de ellas?

Fuera como fuere batimos los dados, los soltamos y al caer sobre el tablero... alguien ganó la partida y no tuvo que seguir jugando. En ese momento Juan y Lucía volvían de Castellón, Jacobo de ver al brasileiro y yo de conocer a Vincent...

domingo, 30 de enero de 2011

SEXO EN MADRID x13: Dame un respiro


Madrid es como un polvo pasional;
Se mueve rápido y busca que no te pares hasta que no puedas mas.


Cada uno de nosotros busca su propia vía de escape para poder sobrevivir a una ciudad como Madrid manteniendo una buena salud mental.

Juan y Lucía habían decidido que ya era hora de tomarse una pequeñas vacaciones en la costa mediterránea. Así que compraron dos billetes, hicieron las maletas y dos días más tarde aterrizaron en el aeropuerto de Valencia. Sin sacarse las gafas de sol alquilaron un coche y se pusieron rumbo a Benicasim, uno de esos pueblos perdidos que imitan a la perfección la esencia del Caribe: playas de arena fina o de piedras blancas, aguas cristalinas y de temperaturas tibias, cielos despejados, palmeras por árboles y batidos de horchata.

Ambos necesitaban olvidar su vida en Madrid. Juan tenía que superar de una vez por todas su ruptura con Javi y Lucía tenía que aceptar que se había quedado sin su vibrador humano made in Italia.

Xacobe hacía frente a sus primeros exámenes de la universidad. Como a todo buen universitario las fechas se le vinieron encima y un mal cálculo de tiempo le obligaba a pasarse horas y horas encerrado en su habitación intentando estudiar a contrareloj. No disponía de tiempo para salir de fiesta, para buscar sexo esporádico o para recurrir al brasileiro (con el que llevaba 3 meses en la etapa de "nos estamos conociendo"). Y cuando el estrés te inunda y vamos mal de tiempo todo universitario aprende por ciencia innata una forma de sobrellevarlo... ¡¡Y es que sin querer las manos se van solas!! Cuando veía que necesitaba descansar se dejaba llevar por el mundo del placer autoinducido y diez minutos y un par de clinex después volvía a tener la cabeza en su sitio.

¿Podría ser la masturbación el secreto sustituto del yoga?

Por mi parte seguía trabajando como becario en los estudios Solpor de Lunes a Viernes, y los Viernes y Sábados trabajaba como relaciones públicas en Long Play. Cada día tenía mis horas libres, lo que no tenía era un sólo día sin trabajo. Llevaba casi un mes trabajando todos los días y empezaba a necesitar desesperadamente una buena cura de sueño. Pero en esta vida uno no tiene todo lo que quiere, y cuando eso sucede es muy fácil acabar tomando malas decisiones.... El chocolate Lindt y Milka empezaron a aparecer en mi dieta como la leche por las mañanas; no había día en que no ingiriese mi dosis de cacao. ¡Me había vuelto adicto al chocolate!

Empecé a pensar en cuantas cosas hace la gente en una ciudad para menguar su ansiedad... ¿Comer? ¿Fumar? ¿Beber? ¿Drogarse? ¿Follar? De repente caí en la cuenta de que los índices más altos de obesidad, drogadicción, alcoholismo y otras adicciones siempre son más altos cuanto más grande es la ciudad en la que vives.

¿La ciudad que nunca duerme debiera de vez en cuando parar y empezar a dormir? Estaba claro que Madrid padecía de insomnio pero ¿cuánto puede afectarnos su ritmo de vida?

Realmente, y haciendo comparaciones con nuestros pasados, ninguno de nosotros cuatro era así. En ese caso... ¿Qué es Sexo en Madrid? ¿Porqué no parábamos de follar y salir de fiesta? ¿Porqué yo me había vuelto adicto al chocolate, Juan al porno, Lucía al sexo y Xacobe a los Burguer Kings? ¿Era un proceso de aclimatización o un proceso de destrucción?

Por desgracia sólo tres daríamos respuesta a esas preguntas...

viernes, 28 de enero de 2011

SEXO EN MADRID x12: A sorbos



Domingo 17 de Enero del 2010
11 de la mañana.
Madrid

Oscar - ¿¿¿Xacobe???

Fui en calzoncillos hasta la habitación de Xacobe. No estaba. Me temblaban los pies, tenía el pulso desbocado y el cuerpo dolorido. Una puerta se abrió detrás de mi.

Lucía - ¿¿Oscar??
Oscar - ¡Lu!
Lucía - ¿¿Oscar qué cojones ha pasado??
Oscar - No lo sé... ¿Estás bien?
Lucía - ... no, no lo estoy... me estalla la cabeza...

Nos fuimos al salón, allí vi mi bandolera y me puse a rebuscar en ella. Lucía se sentó en el sofá. Aún llevaba el vestido de ayer.

Oscar - ¿Has dormido vestida?
Lucía - Me desperté así en el sofá... me levanté, os busqué y sólo te vi a ti durmiendo en tu habitación. No quería despertarte.
Oscar - Voy a llamarlos... ¿Has visto mi móvil?
Lucía - Espera, te llamo desde el mío....
Oscar - ¿Suena?
Lucía - Está dando tono...
Oscar - Pues no está aquí.
Lucía - ¿Carol?


¿Carol?. Le extendí la mano para que me pasase su móvil. Al hacerlo 9 dígitos se vieron escritos a lo largo de mi brazo acompañados de una frase: "gracias por hacerme entrar en calor". Lucía me miró impresionada. Yo no daba crédito. Fui a la cocina, rellené dos vasos de agua y volví al salón.

Oscar - ¿Colgaste?
Lucía - Se le acababa la batería. Dice que viene para aquí y que ayer le pediste que te guardase todas las cosas en su bolso para poder bailar encima de la tarima
Oscar - ¿De qué tarima habla?
Lucía- Ni idea... ¿Sé tanto como tú? ¿Quien es el del teléfono?
Oscar - Ni idea... ¿Me dejas el móvil? Voy a intentar saber llamarlo haber si me entero de algo
Lucía - Claro. Voy al baño.

Llamé al número que tenía escrito en el brazo. Daba tono, pero nadie contestaba. Lo intenté con Juan pero saltó el contestador.

Oscar - Juan soy Oscar. Oye cuando puedas llama a este teléfono, el mío no está conmigo. Es importante. Adiós.

Cogí un Ibuprofeno de 600 y cuando iba a llevármelo a la boca...

Lucía - ¡¡O dios mío!!
Oscar - ¡¡Lu!! ¿¿Qué pasa??

Fui a buscar a Lucía al baño y ella abrió la puerta.

Lucía - Oscar, por favor, dime porqué no llevo bragas.
Oscar - ¿Qué?
Lucía - ¡Que no llevo bragas!!
Oscar - ... ¿Ayer te las pusiste?
Lucía - No Oscar, ayer salí sin bragas de casa. De hecho salgo todos los días sin ellas.
Oscar - Joder Lu yo que sé...



El teléfono móvil de Lucía comenzó a sonar.

Lucía - ¿Quién es?... ¿Vincent?

Ese nombre se me hacía vagamente familiar... cuando iba pedirle a Lucía que me pasase el móvil los tres teléfonos fijos instalados en la casa empezaron a sonar

Oscar - ¿Sí?
Xacobe - ¿Oscar?
Oscar - ¡Xaco! ¿Donde estás?
Xaco - Tío vas a flipar.
Oscar - ¿Por qué susurras?
Xaco - Oscar me he despertado en una habitación de hotel con un tío de 30 años y no sé ni cómo he llegado hasta aquí. Te estuve llamando al móvil pero no cogías.
Oscar - Es que lo tiene Carol
Xaco - ¿Qué?
Oscar - No preguntes, es una larga historia ¿Oye Xaco... qué cojones pasó ayer? ¡Estábamos bebiendo en casa y 12 horas ni Lucía ni yo nos acordamos de nada, ella ha perdido las bragas, Carol tiene mi móvil y dice que ayer bailé en una barra, mi brazo tiene escrito un número de teléfono y Juan no está en casa.
Xaco - Las bragas de Lucía las tengo yo.
Oscar - ¡¿Qué??!
Xaco - No quieres saberlo. Voy a coger un taxi, os veo ahora en casa y hablamos.


Colgué y fui a ver a Lucía.

Lucía - Si, claro... descuida, yo se lo digo... adiós
Oscar - ¿Qué pasa?
Lucía - Al parecer ayer conociste a un francés, a él le robaron la cazadora, tú le dejaste la tuya y él te escribió el número de teléfono para devolvértela. Dice que eres muy divertido y que le encantó el baile en la barra con tu amiga.
Oscar - Eso explica la frase...
Lucía - Déjalo ¿Quien llamó a casa?
Oscar - Xacobe. Que está en una habitación de hotel con un tío de 30 años que no conoce, que no sabe ni dónde está ni cómo llegó. La buena noticia es que dice que el tiene tus bragas y que viene en taxi.
Lucía - ¿Xaco tiene mis bragas?
Oscar - Igual se las diste para poder bailar en la tarima conmigo
Lucía - Me muero de la risa

Tres cuartos de hora más tarde y 3 ibuprofenos después...

Xacobe - Hola...
Lucía - ¡Dame mis bragas!
Xacobe - No no, me las regalaste.
Lucía - ¿Qué?
Xacobe - Te apostaste las bragas a que conseguirías que el gogó del Strong se acostase contigo
Lucía - Oh dios mío... ¿Lo hice?
Xacobe - No, lo hice yo
Lucía - Gracias a dios...
Oscar - ¡Xaco!
Xacobe - No me matéis pero creo que se porqué no nos acordamos de nada. ¿Os acordáis de que ayer vino Robert a casa?
Oscar - No
Lucía - ¿No eran Jaoquín y Estefanía los que vinieron?
Oscar - ¿Ah si?
Xacobe - Si, estábamos los cuatro, vinieron Joaquín, Estefanía, Robert y dos amigos.
Oscar - ¿Y qué pasó?
Xacobe - Creo que Robert nos regaló éxtasis líquido
Oscar - ¡¿GHB??!
Lucía - ¡¡¿¿¿Ayer nos drogramos??!!!
Xacobe - Un poco... pero no fue vuestra culpa, Robert estaba borracho y puso éxtasis en cada copa. Yo me acuerdo de casi todo pero hay gente que tiene lagunas o amnesia después de probarla.
Oscar - Genial... 12 horas drogado por Madrid y sin acordarme de nada

Lucía se dejó caer en el sofá y sonó el timbre




Xacobe - Ola Carol
Carol - Xaco voy a matarte, tus colegas me metieron algo en la copa y me he despertado con un chico en la cama
Xacobe - Bueno... no me des las gracias
Carol - ¡Soy lesbiana Xaco!
Xacobe - Ah... ¿Es lesbiana?
Carol - Toma nene, tus llaves, tu cartera, tu móvil, tabaco y un condón. ¿Que tal Lu?
Lucía - Genial. Estoy drogada por primera vez en mi vida. Ah, y no llevo bragas.
Carol - ¡Suena genial! Yo me he levantado con un pito en mi cama.
Oscar - Oye, esperar un momento, tengo un mensaje de Juan. Dice que está con Javi
Carol - ¿Javi su ex?
Oscar - Si. Dice que no sabe cómo acabó ahí pero que está en casa de su ex.
Lucía - Valla, me alegro de no ser la única que se baja las bragas.
Xacobe - Bueno... siempre podremos decir que todo fue culpa del GHB
Oscar - Chicos... el brasileiro nos etiquetó en una foto. Mirad....





jueves, 27 de enero de 2011

SEXO EN MADRID x11: Que te den...


Madrid, Mar de Cristal, 12 de Enero 1010


A veces albergamos rabia en nuestro interior. No sabemos cómo se ha colado o cómo se alimenta. O lo que es peor, a veces no sabemos cómo hacerla salir.

Xacobe - ¿Podrías poner el lavavajillas?
Oscar - Lo hago después. Estoy acabando de ver un capítulo.
Xacobe - ¿Y no puedes ver el capítulo después?
Oscar - ¿¿Y no puedo poner el lavavajillas después??
Xacobe - Haz lo que te de la gana, pero llevas dos semanas sin limpiar, y si quieres vivir encerrado en tu cuarto viendo películas es tu problema, pero al menos podrías limpiar tu mierda.

A veces las razones son complicadas, otras... evidentes. Sin embargo cuando la rabia nos inunda preferimos cerrar los ojos y fumar y beber... o tener sexo... o gritar.

Lucía - ¿Puedes acabar?
Xacobe - ¡Me estoy duchando!
Lucía - ¡Llevas media hora en la ducha y algunos tenemos que ir a trabajar!
Xacobe - Mira si tanta prisa tienes haberte levantado antes

A veces nos enfadamos con el mundo, otras... con nosotros. Auto-destructivos, irascibles, dañinos... a veces duele tanto que no sabes cómo aliviar la presión.

Juan - ¿Te costaría mucho limpiar tus pelos del baño?
Lucía - Los limpio pero soy una mujer, tengo el pelo largo, y aunque los limpie siempre cae alguno
Juan - Y yo soy un tío y cuando meo siempre puedo salpicar. Pero cojo papel y lo limpio
Lucía - Venga hombre, no me jodas.

A veces el dicho "quiéreme más cuando menos lo merezca, por que será cuando más lo necesite"... tiene razón de ser.

Oscar - Juan ¿Puedes dejar de traer mierda a casa?
Juan - ¿Qué?
Oscar - La sala llena de folletos. Si te hace ilusión coleccionarlos mételos en la habitación.
Juan - ¿Te molestan?
Oscar - Sí, me molestan. Y tu ropa aún está en en la lavadora. Y también me toca los cojones.


Robert, el brasileiro de Jacobo, seguía diciendo que se estaban conociendo. Jacobo conocía ese cuento. Sin embargo dejaba que cada noche se lo contara. Y la princesa nunca comía perdices.

Juan se había enterado por un tercero de que Javi le había puesto los cuernos. No podía quejarse de algo que él había hecho. No podía ni admitirlo, porque admitir que algo te duele, duele, y el dolor nos hace débiles. Y ser débil, duele aún más.

El italiano quedó con Lucía para tomar un café. Le admitió que quería dejar el sexo esporádico porque estaba conociendo a otra persona. Y el hombre con pánico al compromiso... se comprometió. Y la mujer loca por comprometerse... se quedó sola.

Nacho y yo seguíamos hablando. Aplazando el final para el día siguiente... soñando con un mañana que nunca podría tener lugar. Pero a veces preferimos soñar a vivir nuestra propia realidad. Y te pones un nuevo capítulo de la serie de la otra vida en la que te escondes cuando la tuya está mal.

Jacobo limpiaba compulsivamente, Lucía se refugiaba en el trabajo, Juan lloraba a solas y yo veía series.

Porque en la vida real las personas no somos siempre tan fuertes, no todos los días acaban con un final feliz ni la vida nos hace siempre sonreír.

martes, 25 de enero de 2011

SEXO EN MADRID x10: Feliz Navidad (2ªparte)


Xacobe tenía el número de teléfono del azafato que iba en nuestro vuelo. Si bien no pudo realizar su sueño de hacerlo a 3.000 metros sobre el cielo, sí pudo disfrutar de las 9 horas de las que disponía el azafato antes de que embarcase a París.

Lucía fue a buscar a Raquel y a Marcos para tomar algo con ellos. Y cada dos horas se llevaba el móvil al lavabo para hacerle saber al italiano cuánto de mojada le había dejado la lluvia gallega.

Juan me llevó a casa de Diana para cenar con ella. En lo que él llama "operación bakala" no se separó de su portátil en el intento de encontrar un gay con ganas de fiesta nocturna.

Diana me actualizaba sobre un chico que había conocido en badoo. Al parecer los heteros también han encontrado el mundo de las redes sociales, sólo que lo siguen llamando buscadores de amor en vez de buscadores de sexo. Disparidad de opiniones. El tío en cuestión era ingeniero industrial, hacía bien los deberes y era uno de los pocos tíos heteros que no la ayudaban con la mano en la cabeza a practicar un buen sexo oral.

4 horas más tarde Diana mandaba un mensaje reclamando ingeniería a domicilio y Juan y yo fuimos a la búsqueda de Cristian. Su soltería nos recordaba que Coruña sigue siendo un lugar de pequeñas opciones y su falta de sexo nos demostraba que el orden de primero sexo y después citas no es internacional. Y así, de la mano, fuimos a celebrar nuestro reencuentro como mejor sabíamos hacerlo... ligando en discotecas.

Juan se encontró con su ligue de bakala en el ropero. A dos metros Cristian y yo avanzábamos en busca de Lucía, que estaba tres metros al este con Raquel y con Marcos. Jacobo entraba por la puerta acompañado de un azafato, y así, todos en medio de la música, empezamos a buscarnos en una discoteca de menos de 10 metros cuadrados.

25 o 26 copas más tarde todos celebrábamos el reencuentro con risas sueltas y despojadas de cualquier inhibición. Es bonito estar con los amigos, con la gente a la quieres y con lo que has vivido y sigues acumulando más y más experiencias. Bailaba con Cristian riéndome a mandíbula batiente cuando detrás de él vi a Nacho. Y entonces todo se detuvo.

Se quedó congelado el beso de Raquel con Marcos, la sonrisa de Lucía el mandar el mensaje al italiano, el orgasmo de Diana con el ingeniero, la mano de Juan en el culo del nuevo chico bakala, la boca de Jacobo anclada en algún punto de la anatomía del azafato mientras alguien aporreaba el baño y la mirada de Cristian fija sobre mi.La música volvió, las luces parpadearon, la gente volvió a bailar y yo me exfumé detrás de Nacho.

Le cogí de la mano, lo saludé, me miró, nos miramos, estaba guapísimo, yo nervioso. Le pedí que saliésemos de allí y nos sentamos en el alfeizar de un portal. No hizo falta mucho, el alcohol fue todo lo sincero y directo que mi mente no hubiera podido jamás ser.

- Lo siento... lo siento...

Y lo sentía. Él se emocionó y yo rompí a llorar. Le pedí que me abrazase y sin saber cómo hacerlo, llenos de miedo, sin pensar en nada y en todo a la vez, colamos nuestras manos nerviosas alrededor del otro y lloramos apoyados el uno el otro. Tres meses en Madrid y yo aún recordaba su forma de llorar, su olor, el tacto de su pelo y la suavidad de mi mejilla contra la suya. Y ahí estaba la llama que nadie logró apagar. Nos separamos las mejillas lentamente, hicimos coincidir nuestros ojos llenos de lágrimas y poco a poco cubrimos los centímetros que separaban nuestros labios. Sus labios, los besos de la última persona que amé.

Para cuando nos levantamos Cristian me esperaba con el coche en marcha. Sabía que no iba a juzgarme pero también sabía que pensaba que aquello no era en absoluto buena idea. Y seguramente estaba en lo cierto pero... el amor es locura y yo estaba vacío de cordura y lleno de hebriedad. Me acerqué a Cristian, este bajo la ventanilla.

Cristian - ¿Estás bien?

Yo me sequé las lágrimas, sonreí y afirmé con la cabeza.

Y así pasé esa noche y la siguiente y la siguiente en casa de Nacho. El 31 de Diciembre renunció a su cena familiar y llegamos al nuevo año de una manera nada ortodoxa. Para cuando quise darme cuenta ya era hora de volver y yo estaba totalmente en el pasado.

No se dijo nada, por que no había nada que se pudiese decir, por que a veces las palabras estorban o porque no llegan a poder definir las cosas que a veces el corazón siente.

Diana nos llevó al aeropuerto. La abracé intentando mitigar lo mucho que la iba a echar de menos. Una vez pasado el chequing los cuatro volvíamos de nuevo a nuestras vidas

Juan - ¿Qué? ¿Hay ganas de volver?
Xacobe - ¿Bromeas? En Orense me han llamado tantas veces maricón que estaba por decirles que no me había dado cuenta.
Lucía - Si... Galicia es genial pero se echan de menos cosas que hay en Madrid

Yo no respondí. No sabría qué responder a una pregunta como aquella

Oscar - ¿Tu azafato no viene en este vuelo?
Xacobe - ¡Espero que no! En esta vida no te puedes quedar para siempre con uno pequeño

Todos nos reímos. Era su forma de decirme que no me llevara a Nacho a Madrid. Al igual que el abrazo de Lucía al entrar en el avión o las 4 cervezas a las que nos invitó Juan en el vuelo.


No nos podemos quedar para siempre con uno... ¿Sería verdad?

SEXO EN MADRID x10: Feliz Navidad





Hay fechas que uno desea con locura y otras que tememos más que a nada. Lo único que tienen en común, es que unas u otras siempre llegan y no podemos hacer nada para pararlo.

Puedes trasladarte, puedes mirar siempre hacia delante, puedes intentar mantener la mente siempre ocupada... pero 4 asientos en un avión rumbo A Coruña eran la prueba fehaciente de que el pasado siempre te alcanza y que, tarde o temprano... la vida te obliga a mirar atrás.

Las risas de Juan, Lucía y Xacobe hacían eco en mi cabeza. Estaba volviendo. Acariciaba la ventanilla mientras mi estómago poco a poco se iba apretando, el pecho se me encogía y respirar se volvía más y más difícil.

Se llamaba Nacho. Habíamos salido juntos durante un año. Habíamos compartido cama, techo y un pedazo de nuestra vida. Él no podía estudiar su carrera en otro lugar y yo no podía dedicarme a mi carrera en su ciudad. Ahora volvía a la ciudad que un día había sido nuestra... suya y mía, de los dos, la ciudad del para siempre y del nunca te dejaré. Y yo le dejé.

Por otro lado estaba mi familia. Gozaba de unos padres que tardan menos de un minuto en eclosionar en un millar de gritos y discusiones. Padres que gustan de extrañarse en la distancia y de verse en pequeñas y distanciadas dosis. O al menos así solía ser. Luego creces y te das cuenta de que la familia quizá sea más importante de lo que en un principio estimabas, de que no pueden protegerte de todo pero sí pueden ser un colchón seguro donde caer. Por el contrario hay familias que no te aceptan tal y como eres, que te dan la espalda cuando los necesitas o que en vez de darte la seguridad necesaria para abrirte al mundo te regalan con los apellidos la sensación de caminar en una continua cuerda floja. Y ahí es donde los amigos lo somos todo.

Juan pasaría los días en Carballo, Lucía en Monforte y Xacobe en Orense. Yo dividiría mis días entre Bertamiráns, Vilagarcía de Arousa y Coruña. Sin embargo, antes de cortar la cinta roja, teníamos una noche. Una noche para pasar con la familia que elegimos, una noche con los amigos...

Diana y Cristian eran dos viejos y grandes amigos. Por desgracia entre ellos no se pueden ni ver. Gracias a dios el trabajo de Cristian como camarero nos permitía cenar con Diana y hacer el cambio por Cristian cuando, a las 2 de la mañana, él acaba de trabajar. Y de ahí a la discoteca. Y en suma de alcohol acumulativo de la cena de y de las copas mi temor tomó forma y pasó frente a mi.

Ahí estaba Nacho.


... TO BE CONTINUED.

domingo, 23 de enero de 2011

SEXO EN MADRID x09: La boda de mi mejor amigo


Madrid estrenaba un soleado día de diciembre cubierto de nieve. A pesar del frío que se filtraba a través de las ventanas esa mañana Xacobe, Lucía y yo desayunamos pegados al cristal.

Lucía - Es increíble... ha debido de nevar toda la noche. ¡Debe de haber una capa de un metro!
Xacobe - Si que es genial ¡A mi me llamaron de la universidad para decirme que me cancelaban las clases!
Oscar - ¡¡Bendita sea la etapa universitaria!!

Lucía y yo brindamos las tazas de café por los viejos tiempos.

Oscar - Oye ¿Y Juan?
Xacobe - Está en la cama con Javi, ayer se acostaron tarde...
Lucía - Y no fueron los únicos. Ayer a las 3 y media estuve a punto de enviarle un mensaje para pedirle que lo hiciesen en el suelo.
Oscar - ...Siempre puedes comprarle un somier nuevo.
Xacobe - ¿Os habéis enterado? Este fin de semana se van los dos a Segovia a una cabaña
Lucía - ¡Pero si no llevan ni dos meses!
Oscar - ¿Y te extraña? Lo único que me parece raro es que aún no le haya pedido matrimonio.
Xacobe - Juan nunca pide matrimonio antes de los 3 meses

Todos nos reíamos cuando escuchamos el ruido de una puerta al abrirse. Acto seguido Juan se asomó en calzoncillos al salón.

Juan - ¡Buenos días!
Xacobe - Buenos para para algunos
Juan - Voy a ducharme

Juan se metió en la ducha y Lucía empezó a susurrar.

Lucía - ... ¿Puedo preguntaros algo?
Oscar - ¿Qué?
Lucía - ¿Qué tal os parece Javi?
Xacobe - Mmm... un capullo
Oscar - Y un retrasado
Lucía - ¡Dios! ¡Menos mal!... ¡Pensé que era la única que no lo soportaba!
Oscar - Tranquila cielo, a ese no lo aguanta ni su madre
Lucía - Es que es tan... agg!!
Xacobe - ¿Prepotente? Cuando llega a casa y empieza a hablar del dinero que tiene, de sus compras de 3000€ o de su genial trabajo... me dan ganas de darle un puñetazo
Oscar - A ti lo que te pasa es que no soportas que se te haya escapado un rico eh?
Xacobe - No perdona, es que yo no salgo con niñatos de 23 años. A partir de los 30 los hombres dejan de comprarse cosas a sí mismos y empiezan a comprárselas a los de 20.
Lucía - No lo sé... yo nunca pienso en cosas así pero de verdad que deseo que rompan!
Oscar - ¡Y pronto! ¿Juan a Javi no le pone los cuernos?
Xacobe - Ni idea

Lucía y yo nos quedamos mirándolo.

Xacobe - ¡Lo digo en serio! ¡Ya no me acuesto con él! ¡Fueron solo un par de veces! Además yo no soy la única puta aquí, ya me enteré de que a vosotros dos os encanta ver porno juntos
Lucía - ¡Oh!
Oscar - ¡Sólo pasó una vez!! ¡Y fue una paja! Ni tocamientos, ni besos ni penetraciones. Era de amigos! Como masturbarse con un guante.
Lucía - ¡¿Es que soy la única que no se cambia de habitación por las noches?!

Xacobe y yo bebimos dimos un sorbo al café haciendo oídos sordos.

Lucía - ¿Y no podrías tiraros a Juan y hacer que Javi se entere? ¡O a Javi! ¿No podríais tiraros a Javi?

Por suerte Juan salió de la ducha y no hubo que responder a sus preguntas. Sin embargo yo tenía muchas sin contestar... ¿Qué haces cuando no soportas al novio de un amigo? ¿Debes decírselo? ¿Debes fingir que te parece el chico perfecto? Lo único que sabía es que yo no quería ir dentro de dos meses a la boda de mi mejor amigo para verlo contraer matrimonio con semejante espécimen. Además... no hay nada peor como elegir un regalo de boda.

Esa semana Xacobe repitió por 5ª vez con un rico brasileiro llamado Robert de 42 años que aparentaba 30.

Oscar - ¿Así que va en serio?
Xacobe - ¡¡No!! Como él dice... nos estamos conociendo
Oscar - Si, a ti y a cuántos más?
Xacobe - A los que quiera. Yo también hago lo que quiero
Oscar - ¿Pero te gusta?
Xacobe - Hecha los mejores polvos de la ciudad

Xacobe era así. Práctico, pragmático y resolutivo. Sin embargo Lucía tenía más dificultades para aceptar sus apetencias....

El psicoterapeuta de Lucía le había aconsejado mantener una buena vida sexual. Siguiendo sus consejos había estado haciendo visitas a hurtadillas al italiano que había conocido en Kapital y que tenía fobia al compromiso. Él le enseñaba el lenguaje universal poniéndola en todas las posiciones geográficas posibles y ella disfrutaba por primera vez del sexo sin complicaciones.

Pasado el fin de semana los tres estábamos viendo una película en la sala cuando Juan entró por la puerta con maletas pero sin compañía.

Oscar - ¡Ey! ¿Que tal por Segovia?
Juan - ...no muy bien la verdad.
Xacobe - ¿Porqué? ¿No era un hotel 5 estrellas? xD
Lucía - ¿El servicio de habitaciones no vestía de marca? xD
Oscar - Quizá en Segovia no aceptan American Express...
Juan - Quería conocer a mis padres... le dije que eso nunca iba a pasar y me dejó.

Todos sabíamos lo que eso significaba.

Juan nunca le había dicho a su familia nada acerca de su homosexualidad, consideraba que para la edad que tenían decírselo ahora era quizá un dolor innecesario.

Aquello significaba que por fin no volveríamos a ver a Javi y que ninguno de nosotros tendría que acostarse con nadie para conseguir que rompiesen. Pero al ver la cara de Juan entendimos que nuestra victoria significaba su derrota. Había dejado a un chico que le gustaba por pedirle lo único que no le podía dar.

Y en ese momento supe la verdad. Los novios de tus amigos pueden ser mejores o peores, pero un buen amigo lo único que quiere en la boda de su mejor amigo es que esté al lado de alguien que simplemente y llanamente le vaya a hacer feliz. Y Javi lo hacía.

SEXO EN MADRID x08: Long Play


Long Play es en Madrid lo que el Estudio 54 en Nueva York. Una meca del ambiente para todos los adolescentes menores de 30 años.

Casualidades del destino el día que faltaba un relaciones públicas me presentaron al jefe de sala. Dos frases más allá del saludo inicial me ofreció el puesto, y yo... lo acepté. Como en el Bar Coyote sólo había tres reglas básicas. "Parece estar siempre disponible, nunca estés disponible y jamás lleves a tu novio a tu trabajo". Al igual que la protagonista... incumplí todas y cada una de ellas.

Mis amigos y yo disfrutábamos de entrada, copas y guardarropa gratuitos y como añadido conocía a miles de chicos cada noche. Todo por un fácil trabajo, genialmente remunerado y pagado siempre en negro. Sin embargo el mundo de la noche esconde mucho más de lo que en un principio alcanzaba a imaginar. Así vi cómo alguien se metía su primer tiro de cocaína, así fue como vi a dos hombres desangrarse a golpes por una mala borrachera, así supe lo que era tener lagunas por tanto beber, así la gente empezó a multiplicarse y a importarme menos, sin recordar sus nombres, sus caras o siquiera su existencia. Que los jefes de la noche nunca son lo que aparentan y que en el negocio uno debe ser siempre un anzuelo apetecible que sepa enganchar a todo pez.

Y así aprendí que en un mundo donde el dinero es imprescindible los amigos lo son todavía más. Juan, Lucía y Xacobe, Carol y Alex (compañeras de mi becaría) y Jara (un pequeño tesoro encontrado bajo la luces de neón) hicieron de muchas de esas noches un lugar mucho más seguro y de mi vida un cuento con muchos más capítulos que contar.


A todos aquellos que compartieron noches frías de trabajo a mi lado.

viernes, 21 de enero de 2011

SEXO EN MADRID x07: Lo que fuimos, lo que somos.


Se dice que cada uno diseña su propia vida... y puede que sea cierto.

Cada uno de nosotros teníamos un pasado en Coruña, pero tres meses después los cuatro vivíamos realidades muy diferentes.

Juan tenía un trabajo donde cobraba el doble y un ritmo de vida donde gastaba el tripe. Había salido con Carlos pero este había desaparecido de la noche a la mañana. 50 tíos y 50000 prácticas de onanismo después empezó a tener citas con un tal Javi. Se había vuelto totalmente necesitado de afecto y sexo: pasaba de casado a putón para volver al matrimonio de nuevo.

En su nueva vida Xacobe había desarrollado un gusto exquisito por la ropa cara y por los hombres que podían pagarla. Sus pretendientes se acumulaban en la puerta y él sentía una gran empatía por cada una de sus carteras. Noches en hoteles, cenas de marisco y sujeto pasivo de tantos regalos como plátanos. Lo suyo era toda una ascensión a cuatro patas.

Lucía había venido a Madrid para abrirse camino en el mundo empresarial. Tres meses después de becaría... la sensible, paciente y entrañable Lucía se dejaba medio sueldo en un psicoterapeuta que le ayudaba a controlar la ira y estrés. Los príncipes azules o eran anodinos o anormales o de gustos anales.

Yo había venido para poder trabajar en la posproducción audiovisual. 90 días como becario llevando cafés y rellenando partes de producción fueron acompañados de 90 días de excesos de sexo y alcohol. El fin de semana anterior me habían ofrecido ser relaciones públicas de Long Play. Una vida a 100 por hora... ¿Pero escapando de qué?


Todos habíamos cambiado. Eso era una realidad innegable, pero ¿Eran esas las vidas que queríamos?

Juan siempre había sido una persona fuerte y segura de si misma. Ahora parecía sentirse solo a todas horas.

Xacobe había dejado atrás todas las burlas y chismorreos del pueblo. Ahora su debilidad era su máxima fortaleza y su lema se basaba en el tópico "Que hablen bien o que hablen mal, pero que hablen".

El chi de Lucía se bloqueaba cada vez que perdía un metro, sus sueños se tambaleaban, su carácter estaba fuera de control y la decepción se acumulaba día tras día.

Yo bebía y follaba, bebía y follaba y bebía y follaba. Y al final de cada noche mi mente siempre volvía a él.

Una vez leí : "Es increíble como alguien puede romperte el corazón y sin embargo sigues amándolo con cada uno de tus pedacitos".

Aquello era totalmente cierto.

jueves, 20 de enero de 2011

SEXO EN MADRID x06: ¿Connecting people?

En el S.XXI la teconología nos ha cambiado la vida.

Quedarte sin batería es una agonía, dos días sin móvil es la muerte. El ritual de ir los domingos a la cafetería de siempre para leer el periódico queda relegado por los portales de información. Los compañeros de piso o las familias ya no se reúnen para ver la televisión: ahora cada uno ve lo que quiere desde su portatil y en su habitación, las emisoras de radio pierden audiencia, los videoclubs se cierran, los CDs originales se vuelven leyendas urbanas y los cines se vacían. ¿A dónde hemos llegado?

Y ni el amor ni el sexo han permanecido indiferentes a la revolución tecnológica. Los buscadores sociales actuales pueden buscar a los registrados más próximos a tu situación, ordenarlos por código postal, centímetros de polla o talla de pie. Rellenas miles de datos y esperas a que te pasen la ITV para recibir un mensaje de tal astucia como "¿Que tal estás?"

Y así; tras el messenger, el fotolog, el tuenti y el facebook nos hemos acostumbrado por completo al hecho de chatear antes con un desconocido que ir a tomar algo con los amigos cada viernes, así que... ¿La tecnología nos junta o nos separa? ¿Connecting People?

Lucía está hablando con un chico que se ha colado en su messenger.

Juan está haciéndose una paja por webcam con un taiwanés.

Xacobe hoy a quedado por internet para ir a una cita a ciegas.

Y yo publico mis pensamientos escritos.

¿Cuánto hay de sensato en todo esto?

Después de un mes en esta ciudad puedo escribirlo: En Madrid puedes tener sexo cuando quieras, con cuantos quieras, donde quieras, y con el prototipo que quieras. ¿Hoy te apetece un pelirrojo sin circundar? ¡Pulsa buscar! En una ciudad donde todo es posible... ¿Es posible encontrar el amor? ¿Acaso no estamos todos demasiado ocupados cuidando la delantera mientras la tecnología nos da por detrás?

SEXO EN MADRID x05: Sexo y Comida


Una de las primeras cosas que uno se plantea al llegar a la ciudad es si la Comunidad de Madrid regala a todos los gays un bono para ir al gimnasio. ¿Es que las tabletas de chocolate ahora vienen de serie?

Cuando era joven yo y mi estómago teníamos un acuerdo muy saludable: yo le daba el chocolate y ella me daba la tableta. Sin embargo un día te miras al espejo y descubres que alguien se ha saltado el pacto: tu le sigues dando chocolate y ella te devuelve una especie de bizcocho hinchado.

Ese fin de semana los cuatro habíamos ido a Ohm. Sin embargo, además de las mandíbulas de los presentes, algo no encajaba... envueltos en una nube de cocaína todos los cuerpos tenían un 0% de grasa y un 50% de ropa.

En medio de la confusión distinguí a un ex rollo que había conocido en Coruña.

ExRollo: ¿Oscar?

Oscar: ¡¡Hola!! ¿Qué haces aquí?

ExRollo: ¿No recuerdas cómo me llamo verdad?

Oscar:... No, lo siento... ¿David?

ExRollo: Carlos

Oscar: Carlos!! Carlos! Es verdad...

Tres cuartos de hora y tres vodka negros después volvimos a los 18 años, sólo que esta vez...

ExRolloCapullo: Vaya... te has dejado a la buena vida eh...


Haciendo flexiones...

Oscar: ¡¡Y me tocó la barriga!!!

Lucía: Venga seguro que no se refería a eso...

Oscar: La frase ""te recordaba más delgado"" te dice algo??

Xacobe: Veis... por eso me acuesto con gente más mayor que yo. Para ellos que tengas la piel en su sitio es suficiente.

Oscar: Y para ti que tengan dinero

Lucía: Agg...


Paré para tomar el aliento y observé bien el Retiro

Oscar: ¿Lo veis? ¿Donde están todos los gays haciendo ejercicio? Los gimnasios aquí valen 60€ y este es el único parque donde puedes hacer ejercicio sin que te atropellen. ¿Es que vomitar vuelve a estar de moda?

Xacobe: No, ahora se lleva la anorexia, que no te estropea los dientes.

Lucía: Igual tienen su gimnasio personal en sus pisos

Juan: ¿Gimnasio en un piso de Madrid? En ese espacio viven 20 inmigrantes.

Oscar: ¿Desde cuando eres racista?

Juan: Cada uno en su país. No soy racista, soy ordenado.

Xacobe: Dale a alguien una porra y querrá poner a cada uno en su sitio.

De los músculos al racismo. Desde luego Madrid nos estaba cambiando.


Al día siguiente nadie podía moverse del sofá. Me dolían músculos que no sabía que existían. Después de dos horas frente a la televisión Xacobe cogió el teléfono.

Xacobe: Hola buenas tardes, quería una ensalada oriental...

Oscar: Xaco!! No!!!

Lucía: Y una de arroz frito tres delicias!!!!

Juan: Y pídele una de ternera con salsa de ostras y pan chino.

Lucía: Si, dos panes chinos y una de pollo con nueces

Xacobe: Jajaja

Oscar: Capullos... bueno, a la mierda los rollitos de primavera de los 18 años. Pide una de ternera con bambú y otro pan chino.

Y así acabamos los cuatro aquella tarde de domingo. Con comida oriental en la mesa y una preocupación agridulce en el estómago... ¿Tendríamos mañana que volver a hacer ejercicio?

miércoles, 19 de enero de 2011

SEXO EN MADRID x04: Cuantos más mejor

Woody Allen dijo:
"Creo que el sexo es una cosa hermosa entre dos personas. Entre cinco, ya es fantástica".


Un domingo perfecto para Walt Disney es aquel en el que te despiertas con alguien. Un domingo perfecto para mi es aquel en el que tienes espacio en la cama.

Ese domingo había ahogado mi regla de "después de follar vete a casa" en vodka y había metido a Walt Disney entre las sábanas.

Aquel chico de pelo rubio de cuyo nombre no puedo acordarme se volvió hacia mi, sonrió y me besó. Beso sabor a vodka negro. Cuando pensaba en la manera de conseguir que se lavara los dientes el rubito se me adelantó.

- ¿Qué hora es?
- Las doce menos cuarto.
- Mierda. Tengo que irme. Mi novio llega a la una.

¿Mi novio? A medida que él se vestía yo me preguntaba cuándo el mundo había empezado a seguir los consejos de Woody Allen y había desterrado a Disney de sus vidas. Cuando quise preguntarle qué significaba aquello ya se había ido.


LUCIA - ¿Se fue?

ÓSCAR - ¡Sí! ¡Sin más! Ni adiós, ni número de teléfono, ni ya nos veremos. Cogió la puerta y se largó.

XACOBE - Bueno ¿Y cual es el problema?

JUAN - ¡Más sitio para dormir!

O- ¡Que yo no sabía que tenía novio!! ¿Es que ahora hay que preguntarle a cada tío si tiene pareja antes de follárselo?

X- ¡No! ¡Te los tiras y ya está! ¿Acaso les preguntas como les va en el trabajo o qué tal está su madre?

O- Ya pero es distinto Xaco

L- Yo entiendo que se sienta culpable

O- ¿Qué? No me sentía culpable pero gracias!

X- ¿Culpable? ¡Oh por favor! ¡Era el rubito el que tenía novio, no él!

O- No, pero Lucía tiene razón. ¿Y si fuese nuestro novio el que lo hace?

X- Por eso no hay que tener novio pequeño.

J- Si el rubito fuese mi novio yo te patearía la cara

L- ¡Que cara!...¡Pero si tu siempre eres infiel a tus novios!

J- Yo no soy infiel, sólo tengo mucho cariño para repartir.

Y un mar de risas puso punto y aparte.


Había pasado un mes desde nuestra llegada y Juan ya tenía novio: Un tal Carlos que llevó de internet a su cama. Una noche, después de hacer el amor, Juan y Carlos estaban abrazados en la cama, cuando Juan recibió un regalo de Dios.

Carlos- Juan, ¿A tí te gustaría hacer un trío?

Hay gente que es de pocas palabras. Juan lo besó y así firmó la cláusula expiatoría de la monogamia. A partir de ahí los chicos en casa empezaron a aparecer en tríos o en cuartetos, para el disfrute de Juan, y a veces... de Carlos.


Lucía había convencido a Xacobe para salir por heterolandia. Las 7 plantas de Kapital fueron perfectas para desentenderse el uno del otro.


Unas horas más tarde Lucía era escoltada a casa por un joven italiano. Una vez en la puerta el italiano la besó por primera vez, Lucía cerró los ojos y se dejó llevar. Sin embargo la mano descendiente por su espalda indicaba que el italiano no le estaba regalando un beso de despedida, si no buscando un sitio a medio camino de su anatomía para aparcar todo el romanticismo romano. Lucía se separó un instante.

Lucía- Oye... ¿Tienes novia?
Italiano- No
Lucá- ¿Novio?
Italiano-¿Qué? ¡No! Yo... es que simplemente no soy de parejas.

Lucía hubiera preferido que fuese gay.


Xaco debía haber detectado al único gay en 7 plantas. Apoyados en la esquina de una discoteca y disfrutando del morbo de manosearse sin querer ser vistos entablaron conversación:

Susodicho - Oye... hay una fiesta cerca de aquí, ¿Te apetece ir?
Xacobe - ¿Dónde?

El susodicho le entregó un panfleto a Xacobe: "Macroorgía en Gran Vía".

Xacobe volvió a casa a las 12 de la mañana del día siguiente.


Parece ser que en esta sociedad el uno a uno sabe a poco. ¿Es el S.XXI la era de la socialización sexual? ¿Qué pasa con el amor? ¿Será una manera eficiente de encontrar más rápido lo que buscas? Al fin y al cabo tardas menos saliendo de dos en dos que de uno en uno. Pero... ¿Y los límites? ¿Dónde están los límites?

Madrid era grande, muy grande, y poco a poco te iba imprimiendo lecciones que uno nunca sabe si es mejor no aprender.

lunes, 17 de enero de 2011

SEXO EN MADRID x03: Luz verde, luz roja


365 días al año, 7 días a la semana, 24 horas al día Madrid te exige estar siempre a punto. El pelo perfecto, la ropa combinada, las ojeras disimuladas y la sonrisa de medio lado. Las oportunidades de ligar en Madrid se extienden mucho más allá de las discotecas obligándote a estar alerta cada segundo.

Inaugurando nuestro primer Lunes cuatro canciones distintas se emitían desde los despertadores de las cuatro habitaciones. Cuatro duchas y cuatro cafés después cuatro gallegos decidieron poner los pies sobre el asfalto y hacerse con la ciudad.

Juan afrontaba su primer día de trabajo vigilando cámaras de seguridad de una empresa. Tranquilo y seguro de si mismo, con el portátil cargado de 8 horas de porno en alta calidad, auguraba un gran día.

Lucía se dirigía a una multinacional para realizar su primera entrevista de trabajo como ayudante del departamento de Recursos Humanos. Mientras el metro la llevaba al otro lado de la ciudad se imaginaba una y otra vez todas las situaciones y soluciones posibles.

Jacobo tenía una cita a las 9.30 para la presentación de su universidad y otra a las 11.30 con las tiendas de ropa de la Calle Fuencarral. Al llegar a la universidad se enteró de que la presentación había empezado a las nueve de la mañana así que optó por irse directamente a Gran Vía. Al fin y al cabo en G-Star los horarios son menos estrictos.

Al otro lado del a ciudad yo me dirigía a los Estudios Solpor. Mi primer trabajo como becario en una de las mejores productoras en posproducción y yo no encontraba la calle. Y una vez en la calle no encontraba el edificio de edición gráfica. Tras preguntar a una mujer que había salido a fumar un pitillo, me sequé el sudor de las manos a los vaqueros y entré en el edificio donde pasaría los próximos 6 meses.

El trabajo de Juan era mejor de lo esperado: la empresa disponía de una conexión a Internet sin proxis ni cortafuegos. Dejó para más tarde sus 8 horas de porno y decidió explorar las diferentes formas de pornosocialización a través de la red. Cinco horas después Juan chateaba bajo el nick "sex22cm" a través de Gayromeo, Chueca, Bakala, Gaydar, Zenkiu y Manhunt. Cuando la vida no podía sonreírle más descubrió la página revelación del año: Cam4

A 30 euros en taxi Lucía hacía frente a todo tipo de preguntas. Atrás quedaba la cazadora de cuero para dar paso a un encorsetado traje de corte americano. Pero tras su pelo perfectamente recogido, su manicura francesa y su colonia de Carolina Herrera un conjunto de ropa interior de poca costura le daba toda la seguridad necesaria para contestar segura y resulta a todas las dudas. A todas menos a una.

- ¿Qué haría en una situación de acoso laboral?

Lucía se quedó atónita y tras dudarlo dos segundos resolvió levantarse

- Haría exactamente esto

E irse.

Dos horas más tarde la llamaron para decirle que el trabajo era suyo.

Cuatro bolsas de ropa más tarde Jacobo había dado uso a todas sus tarjetas de crédito. Cuando disponía a volverse a casa no pudo evitar fijarse en el escaparate de Jack and Jones. Pidió los vaqueros de la talla 38 del escaparate a un dependiente y este se los llevó amablemente a los probadores. Una vez más reafirmó que no hay nada como unos pantalones de marca para lucir un culo perfecto. Una vez más soltó la tarjeta a cambio de un recibo. Sólo que esta vez, además de un cargo de 90 euros había escritos 9 dígitos de teléfono.

Las siguientes semanas Jacobo disfrutaría del placer del sexo en los probadores y de descuentos en la ropa.

Por mi parte, tras 5 horas delante del ordenador, decidí hacer un descanso para ir a comer. Me habían hablado de un restaurante a 3 calles del estudio así que fui antes de que mi estómago se comiese a sí mismo. Por suerte había una mesa individual vacía frente a la ventana. Por desgracia eso significaba que el resto de ellas estaban ocupadas por parejas y grupos de personas. Me encendí un cigarrillo para hacerme compañía.

- Disculpe, aquí no se puede fumar.

- Lo siento, lo apago ahora mismo.

Guardé avergonzado y malhumorado el tabaco que tan bien acompaña todas las comidas y una remolacha a la plancha y un pavo con crema de champiñones después mi hambre se había extinguido y mi mono renacido.

- ¿Ha sido todo de su gusto?

- Si, gracias. Felicite de mi parte al dueño.

- Puede decírselo usted mismo, está hablando con él.

- Oh... disculpe, yo...

- Tranquilo, no pasa nada. ¿No eres de aquí verdad?

- No, soy de Coruña. Acabo de mudarme.

- Pues entonces me veo en la obligación de ser hospitalario y dejar bien a todos los madrileños... ¿Qué te parece si a esto te invito yo y tu regresas esta noche y pagas la cena?

Era mono. Me pidió que fuese a las 12 de la noche. Me hizo la cena a puerta cerrada y me dejó fumar todo lo que quisiese. Cuando preparaba el postre no pude evitar meter el dedo en el chocolate y del chocolate a mis labios. Él sonrió, se sacó los guantes y decidió que ese postre... se comería con la manos.


Nada es seguro, ni estar en internet, ni ir de compras, ni ir a trabajar o comer en un restaurante. Toda la ciudad tiene luz verde 24 horas al día, 7 días a la semana y 365 días al año para buscar el amor en cualquier rincón. Y mientras este no llega siempre hay luz roja para divertirse.

domingo, 16 de enero de 2011

SEXO EN MADRID x02: El mundo de la noche


Más de 323 kilómetros de líneas de metro y 318 paradas para dar acceso a más de 12.700 calles. A la una y media de la madruga el metro cierra sus puertas y 26 líneas de buses nocturnos toman el control.

En el epicentro de España hay una ciudad donde nunca se está incomunicado, donde la noche no existe y donde dormir no es una costumbre o una necesidad fisiológica si no una mera opción a valorar que uno lleva a cabo cuando, como y con quien le parece. Eso parece ser Madrid; una de esas ciudades que nunca duerme.

Siguiendo las costumbres locales en nuestra primera noche hubo más sucesos que los redactables en el Cosmopolitan la semana internacional de la moda:

Los controladores aéreos del aeropuerto de A Coruña le regalaron a Lucía tres horas de espera, una cancelación de vuelo, una noche en el hotel más cutre de la ciudad y un visado para su maleta destino Sri Lanka.

A 600 kilómetros de allí Juan y Xacobe acaparaban el espejo del baño haciendo un despliegue cosmético de todas las armas disponibles en el mercado. Mientras tanto yo y mi copa de vino estrechábamos lazos delante de un armario lleno de ropa. ¡Pero así es un sábado noche!

Copa de vino. Ducha, depilación de los bajos fondos, exfoliación facial y afeitado. Copa de vino. Desodorante y pruebas de pantalones. Asesoramiento y sorbo. Pruebas de camisetas, polos o camisas. Asesoramiento y una nueva botella. Elección entre deportivas, zapatos, botas, mocasines o All Stars. Más vino. Cazadoras y complementos. Más vino, peleas por la elección de la música y peinado: cera, gomina, crema de peinado, secador o planchas. Aprobación general frente al espejo. Corrección de granos y/o otras imperfecciones. Chicles y condones en la cartera. Un último sorbo y a perderse en la ciudad.

Una vez dentro de la discoteca y con tres copas de más todo aquello por lo que te has preparado pierde todo tipo de relevancia. La música manda, los chicos se multiplican en cálculos a los que la mente no logra dar respuesta. Sonrisa por aquí, guiño por allá, alguien que te toca el culo, alguien que te roza el brazo, un par que se presentan y un par que se despiden. Y música, y risas, y alcohol, y vuelta a empezar. Como niños en una tienda de caramelos. Cada chico-caramelo con un envoltorio diferente, dulces y salados, de venta a pares o en grupos, con mejor o peor apariencia, con más o menos ropa, con más o ningún resquicio de pudor. A Xacobe un guardia de seguridad le interrumpió una apasionada conversación oral con un chiquillo de 22 centímetros en los baños de Cool. Juan anotaba su tercer número de teléfono en la esquina de la discoteca y mientras tanto el camarero intentaba que yo no tomase nada con más de 24 grados de alcohol.

A las 6 de la mañana 3 chicos volvían solos en metro. Emocionados, excitados, borrachos y solos. Entre una estación y otra comencé a pensar si este no sería un breve resumen de la vida que nos esperaba... un continuo mar de opciones y competencia donde todo nace y se deshace cada noche, una lista interminable de números de teléfono y una consecuente e insoportable resaca.

Esa noche Juan y Xacobe se acostaron juntos y yo no pude evitar pensar en mi ex.

Supongo que hay llamas que aún extintas a veces renacen sin previo aviso para arrasarlo todo. Y supongo que hay llamas que no se pueden extinguir tan fácilmente. Y mientras los bomberos no llegan con agua... siempre nos quedará el alcohol.

SEXO EN MADRID x01: Bienvenido a la ciudad


Nueva York tiene 8 millones de habitantes. Madrid tiene 6.

Pero hay más similitudes que vicisitudes. A sus calles año tras año se suman miles y miles de personas buscando cumplir su sueño. En el verano del 2009 Madrid tenía cuatro habitantes más.

Madrid está llena de tradiciones y costumbres. La búsqueda de un piso de alquiler es la primera experiencia vital a la que debe hacer frente cualquier madrileño. Es un regalo gratuito por cortesía de la ciudad como demostración de lo rápido y hábil que has de ser entre sus sábanas. Atrás quedan los cafés de Starbucks y la agenda con cuatro citas inmobiliarias. Madrid late rápido y conseguir un buen piso donde asentarse es una continua competición donde todo vale:

Xacobe, como buen informático y freak que demostró ser desde el primer momento, operaba desde casa realizando contínuas búsquedas de última hora vía internet de los principales portales inmobiliarios. Pero a Xacobe siempre le ha gustado manejar dos cosas entre las manos, por ello, en la pestaña de al lado, realizaba contínuas búsquedas en google de los chicos que podría empotrar contra sus futuros inmbuebles.

Lucía, como buena empresaria hacía sus estudios: El piso entraba a valoración siempre que estuviese dentro de la zona A del metro. Descartables aquellos no amueblados, sin ventanas exteriores a la calle o sin lavavajillas. El piso debía de estar a menos de 200 metros de una parada de metro, debía haber 3 buses urbanos cerca y una linea nocturna para las noches de los fines de semana. Se consideraba indispensable la existencia de un centro comercial y de supermercados en sus inmediaciones, las paradas de taxis y, exigencia mía, una cafetería decente.

Juan y yo hacíamos lo que se llama trabajo de campo: dícese de dos personas que caminan por la ciudad reclutando cada inmobiliaria y cartel de "se alquila" a la vista.

Por suerte mi gusto por la fotografía me permitía utilizar el zoom de mi Kodac para visualizar los números de teléfono que cuelgan desde las ventanas de los pisos más altos de la ciudad. En la memoria de mi disco duro datan 623 fotografías de pisos de aquellos días. Las otras 2000 combinaban lo exquisito de la ciudad con los chicos más emblemáticos que ese día me pude encontrar.

Érase un hombre inseparable de su moto y de su iphone. Érase Juan localizando absolutamente todo vía satélite. Érase Juan llevándome por toda la ciudad sobre sus dos ruedas y aplastando cualquier intento de peinado bajo un casco legalmente obligatorio. Érase Juan un hombre complicado, nunca sabías si llegaría a casa con un novio o con un consolador, o, si en el caso, me llevaba a ver un piso o un área de servicio con servicio cruising.

La solución llegó una madrugada. Mientras Xacobe practicaba el onanismo frente a "El cartero siempre llama dos veces y siempre lleva leche" un anuncio tapó la pantalla del Mac de Xacobe. Un par de clinex después llamó a Lucía a las 2.15 a.m. haciéndo que esta diese su visto bueno a las 2.33 a.m y me llamase a las 2.34 a.m. haciéndome pausar mi capítulo preferido de Dawson´s Creek. A las 7.30 a.m. Jhon era el primero frente a la puerta del piso que finalmente sería nuestro.

Cuatro días más tarde cuatro personas dibujaban cuatro firmas constatando oficialmente su nueva residencia.

Madrid tenía entonces 6 millones y cuatro residentes oficiales.

sábado, 15 de enero de 2011

SEXO EN MADRID x00: Piloto



Erase una vez 4 amigos en medio de una ciudad: Juan, Lucía, Xacobe y yo (Oscar).

Conocí a Juan en mi primera cita a ciegas. Él me esperaba en la entrada del centro comercial y yo, al verlo, me quedé paralizado al lado de él sin querer identificarme. Las citas a ciegas uno debiera ir siempre con una petaca de vodka para romper el hielo. Cuando finalmente me disponía a darle plantón Juan me llamó al móvil y supo que el chico de su cita a ciegas estaba a su lado y que era yo. Tres cervezas más tarde nos reíamos de lo ocurrido y tres citas después sabíamos que nuestra relación sería más vertical que horizontal.

En mi primer día de universidad me perdí intentando llegar a mi clase así que cuando iba a darme la vuelta e irme a casa una provocativa chica de pelo moreno y cazadora de cuero me ofreció ayuda. Esa extraña de prematuro buen gusto para la ropa resultó que se llamaba Lucía, que iría en mi clase los próximos años de universidad, que viviríamos juntos y que la vida nos depararía 8 prósperos y largos años de amistad.

El Halloween de mis 18 años daba una fiesta en casa. Juan me presentó a su nuevo novio. 18 minutos más tarde Pero entré en mi baño para descubrírlos en lo que a mi me gusta llamar... una situación a cuatro patas. Esa vez sí que me fui de verdad y aprendí que todos los baños debieran tener cerrojo. El chico que en cuestión mordía almohada (o pared) se llamaba Xacobe. Un año después habrían roto, al siguiente tenían "sexo libre" y los 6 restantes optaron por mantener una relación con la cremallera cerrada... casi siempre.

Cada uno de su padre y de su madre, diferentes y distintos hasta la saciedad; lo único que teníamos en común es que desde el 2009 compartiríamos piso y empezaríamos una pelea por sobrevivir en el amor y en el sexo en la gran ciudad.

Y así nació... Sex in Madrid.

viernes, 14 de enero de 2011

LA TEMPORADA FINAL DE LA AMISTAD.


Será la vida que me ha hecho codependiente. Serán los buenos amigos que he tenido que me han causado adicción. Será que creo que la vida... sólo... no tiene ningún sentido.

Sea por lo que sea... yo, sin mis amigos, no soy nada.

24 años han hecho por sí solos un buen proceso de selección, y al final de mi empresa tengo dos currículums sobre la mesa que comparten 8 años de largas y distintas experiencias. 8 años de lágrimas y momentos difíciles, 8 años de risas y de momentos inolvidables. 8 años.

Uno debe decidir su futuro en base a uno mismo, a sus objetivos, a sus inquietudes y a sus sueños. Eso dicen ¿Pero qué pasa si mi sueño es vivir mi vida al lado de ellos? ¿Y si para mi un día perfecto es un día con ellos? Por que un sueño deja de serlo si al final del día no puedo compartirlos con ellos.

Presupongo que no estoy loco cuando medio mundo sueña con tener una vida como los seriales de televisión de "Friends" o "Sexo en Nueva York". Una vida donde los amigos no se quedan velados por las parejas o la familia.

¿Evolucionamos hacia eso?

Sin embargo he de admitir que tras años de emisión, al final de cada serie, todos dejan sus vidas compartidas para comenzar caminos separados.

En ese caso... sólo espero que aún quede tiempo para la temporada final de la amistad.

miércoles, 12 de enero de 2011

ENAMORARSE


¿Alguna vez os enamorasteis?

Yo me enamoré perdidamente hace mucho tiempo.

Por aquel entonces podía pasarme horas fundiendo mis labios con los suyos hasta tal punto, que al separarlos, sintiese que algo faltaba en mi boca. Los besos nunca eran suficientes, sobre todo los de despedida. En algunos besos cerraba inconscientemente los ojos y me perdía de cabeza en ese mundo mío y suyo y nuestro; otras veces mantenía los párpados bien abiertos para verlo mejor, la perfección de su rostro mientras escondía sus labios entre los míos.

En aquella etapa sus ojos nunca me cansaban: Como siempre me pasó con el fuego o el mar, podía mirarlos hasta perder la noción del tiempo. Por que cuando miras algo que te parece sublime el tiempo se pierde, se suspende; por que quieres permanecer en ese estado toda la vida. Y esa idea, mirando sus ojos, era total y racionalmente perfecta.

Creo que nunca sonreí tanto como cuando estaba enamorado. Me reía continuamente, de él, por él, con él... sonreía por la calle y soltaba carcajadas a mandíbula batiente cuando en cama me hacía cosquillas. Ahora si me miro al espejo y veo marcas de expresión y patas de gallo he de reconocer que son la huella de las muchas veces que a lo largo de mi vida me he reído.

Recuerdo el inocente pudor innato de la juventud al encontrar nuestras manos en público. Entrecruzándonos los dedos, lentos y torpes, nerviosos y suaves.

Enamorado descubrí el buen sexo. O quizá en vez de sexo descubrí lo que era hacer el amor. A veces más dulce, otras más pasional... lo que siempre tenían en común eran las mutuas ganas de fundir nuestros cuerpos en uno, como si la piel y la materia molestase. Si, creo que eso era hacer el amor: el acto irrefrenable de juntar a dos personas que quieren ser una de manera atemporal.

Si, enamorarse es único. Quizá repetible, pero siempre único.

Con los años, con la edad, con la vida y los caminos un día ese lazo se rompe; y a veces me pregunto... después de algo tan fuerte, de una experiencia vital que te cambia por completo la percepción de todo... después de enamorarse y separarse... ¿Nos rehacemos completamente? ¿Volvemos al punto original? Claramente volvemos a ser solteros pero... ¿Hemos perdido una parte de nosotros mismos que nunca volveremos a recuperar?

Quizá, con el tiempo, volver a enamorase es cada vez más difícil por el miedo a que te vuelvan a hacer daño, o por el miedo a hacerlo, o por no volver a pasar el mono que te otorga la droga del amor.

Quizá madurar no sea tan bueno en ese sentido. Antes en las citas sólo había que aprobar química. Ahora los hacemos pasar por todo un examen de selectividad. Antes sólo buscábamos algo que nos encendiese nuestra luz interior. Ahora elegimos el voltaje, el consumo, el color, la forma y el tamaño. ¿No nos habremos vuelto demasiado exigentes? ¿Cuándo nos hemos vuelto tan cínicos en el amor?

Recuerdo cuando era un poco más joven y ser feliz no costaba tanto. Recuerdo cuando la despreocupación lo llenaba todo, cuando veíamos el mundo como un lugar bonito e inocente, cuando lo poco que había lo valorábamos enormemente, cuando teníamos sueños o cuando un beso en una noche me iluminaba los ojos durante meses.

¿Será imposible volver atrás?