jueves, 2 de octubre de 2008

ALQUILANDO UN CORAZÓN…




Los prototipos nunca me gustaron. Quizá esa sea la razón de que todo lo que construí con él, lo hiciese del revés.

De la misma forma que un texto comienza con mayúscula; en el principio de cualquier historia es necesario la declaración de uno logre suscitar el “sí” del otro tomándose de poco a mucho tiempo.
Nosotros debimos empezar con minúscula por que el día que nos conocimos alguien respondió un “no, lo siento” en vez del clásico “si, me encantaría” y todo ello dando respuesta a ninguna pregunta previa.

El primer beso.
Cosmopolitan asegura que más del 60% de la gente prevé el futuro de una relación a partir del primer beso. En ese caso… nuestro futuro se encuentra en proyecto hombre porque más que intercambio de saliva hicimos un cóctel de calimocho.

Hacerse de rogar.
La sabiduría popular dice que uno no debe parecer facilón y que todo lo que es bueno debe hacerse esperar… al minuto del primer beso vino el primer polvo. Pero todo mejora si todo esto es borracho, en una tienda de campaña y con intermedios para vomitar. Ni bonito, ni bueno ni de esperar. Al menos siempre podré encabezarle una carta de San Valentín rememorándole que “nuestra primera vez fue tan increíble como inolvidable”

Citas.
Hablemos de citas. La gente acostumbra a tener citas… o cita… o media si sale muy mal. Para ese día uno se arregla horas y horas, se está nervioso y expectante, llevas anotados al menos cien temas de conversación posibles y se elabora un plan de acción como ir a comer, un café o un cine.
La primera comida no me extrañaría que fuese un sándwich en la internacional a las 6 de la mañana, la primera vez que fuimos al cine éramos nueve y uno en cada esquina y el primer café a solas fue… puede que fuese hace un par de semanas. A estas alturas me quedó claro que lo nuestro iba a ser de todo menos convencional.

Aniversarios.
¿Qué hay de los aniversarios? Esas excusas románticas donde se conmemora el día a partir del cual tuviste que ser fiel y donde uno admite… ¡Qué bonita fue esa declaración de “¿Quieres salir conmigo?””Me gustaría estar contigo pero… sólo contigo” - Y… ¡Tras! Castrado!!! No. Ese no fue nuestro caso. Nosotros lo hicimos mejor, estábamos tan pedo tan pedo y le dimos tanta tantísima importancia que para acordarnos tuvimos que buscar la fecha en las fotos del bar donde estábamos… y seguimos sin saberlo por que vamos demasiado a ese bar.

Futuro.
Nosotros no tuvimos un primer beso o una primera vez. No tuvimos una cita o una fecha de aniversario, pero nada de eso tiene importancia cuando acordamos no tener futuro. Y en ese caso… ¿De qué me valdría recordar cómo fue la primer vez que toqué tu piel? ¿De qué valdría tener un aniversario? Nunca podré llevarte una rosa y darte las gracias por todo ese tiempo que nos regalamos.

No. Mejor así. Vivimos una historia marcha atrás donde el final parece aproximarse y paradójicamente cuantos menos metros faltan más cerca te he ido sintiendo. Por todo lo que nunca hicimos sí tendremos al fin que recordar un beso, un momento íntimo, una cita… pero no por ser el primero si no el último. La fecha que recordaré siempre será el día que tenga que despedirme y la primera vez que vi tu cara se transformaré en una imagen distorsionada por las lágrimas del último segundo en el que pueda tenerte cerca.

No tener futuro no fue tan malo. Disfrutas de cada momento sin preocuparte de cómo encajar el mañana juntos. Te hace ver que en esta vida lo importante quizá no es cómo empieza o cómo acaba si no todo aquello que se queda en medio: Pasamos prácticamente todo el verano viviendo juntos y todo lo que pienso recordar es tu afición por leer el periódico, los amigos que tenemos, las partidas de cartas, los desayunos al mediodía, nuestros juegos sexuales, las comidas que nos hicimos, los secretos que nos contamos, Paulo Coelho, lavarme los dientes viendo tu reflejo, el tacto de tu labios en mi cuerpo, el olor de tu ropa, los viajes que hicimos, las canciones que compartimos, tú tocando mi pelo y yo las caricias en tu espalda.

El haber vivido todo esto con un final estipulado me hace saber que para mí valiste suficientemente la pena como para dejarte alquilarme el corazón. Saber que cada paso que dimos no nos conducía a ningún sitio y sin embargo haber llegado tan lejos. No tener la oportunidad de prometerte nada más allá que hoy quiero dormir contigo y haber construido nuestra historia por la suma de días que decidimos pasar juntos hicieron que nuestra historia acabase como ese collar de bolas de madera que no tiene principio ni final.

No es la historia más convencional del mundo, pero es la nuestra. Tuya y mía; y no la cambiaría por nada. Quédate la llave.

PD: Te quiero.

http://oscarsway.blogspot.com/

http://www.fotolog.com/tryit

http://es.youtube.com/layoside

www.tuenti.com/

No hay comentarios:

Publicar un comentario