jueves, 1 de julio de 2010

LAS DECISIONES DEL TIEMPO



A los 22 años yo estaba en 4º de carrera. 25 años antes mis padres se conocieron.

Mi padre me hizo un álbum de fotos cuando era pequeño. En ese álbum de fotos coló varias fotos de él y de mi madre con 20 años. En una en particular ambos aparecen abrazados. Durante muchos años me pregunté si se podría por una foto saber si había amor de verdad entre dos personas; por su mirada, por la forma en que enlazaban sus brazos, por su rostro...

Ellos se conocieron a la 20 años. 20 años.

Años más tarde le pregunté si a mi padre si realmente la había querido, si ella era entonces la mujer de su vida, si con sus 47 años y las experiencias que la vida le ha regalado sabía reconocer si lo que vivió con ella era realmente amor y si estaba enamorado. Si volviese a nacer ¿Volvería a casarse con ella a los 21 años? ¿Le volvería a hacer el amor para acabar siendo padre de un niño un año después?

Mi padre dice que se casó felizmente enamorado. Que el día de su boda fue el más feliz de su vida hasta el día en que se convirtió en padre. A pesar de los miles de problemas familiares y económicos que tenían por entonces nunca miraron atrás y no dudaron en dar un paso más y darme una hermana con la que compartir mi vida.

Dos años más tarde ella nació. Yo tenía 2 años. Mi padre 24, mi madre 23.

Han pasado dos décadas y la sociedad ha evolucionado pero... ¿Acaso no estamos más perdidos que nunca? Llenos de miedo, andamos por lógica y según el dictado de la razón, pero.... ¿Es eso lo correcto? ¿Es eso lo que quiero?

¿Hay una edad para el amor, para casarse o tener hijos?
¿Va antes la formación que el trabajo? ¿Antes el trabajo que el amor?
¿Cual es el lugar y el peso que ocupan las cosas más importantes en nuestra vida? ¿Hay segundas oportunidades? ¿Hay cosas que pueden esperar?

Mi tía me dijo hace un mes que casarse con su marido y tener a mi prima (que nació sólo 25 días antes que yo) fueron cosas que ahora habría pospuesto unos años con el objetivo de tener un futuro mejor.

El número de opiniones que he recibido son tantas cómo diferentes a un mismo respecto. Entonces... ¿La clave es elegir con la cabeza? ¿La clave es elegir con el corazón? ¿Y si al hacerlo te equivocas? ¿Y si por no hacerlo pierdes más de lo que nunca tendrás?

A medida que avanzas la vida se complica y exige respuestas difíciles de contestar. Me pregunta todos los días qué es lo que quiero y me quedo inmóvil mirándome los pies sabiendo que el paso que dé puede ser uno sin marcha atrás.

Y aterra.

Uno mira todo lo que otros perdieron. Uno mira lo que quiere, sueña con tocarlo, con abrazarlo, retenerlo y que le prometan que nada de lo que ocurra en la vida lo va a separar de él... pero todo parece tan frágil... se rompen tantas cosas... que a veces parece mejor la idea de no ganar para no perder.

1 comentario:

  1. Hola!
    La verdad es que cuesta saber como dirigirte a alguien a quien no conoces.
    Llevo algunos dias leyendo tus reflexiones. Reconozco que me ayudan a ver las cosas, las situaciones y la vida de una forma distinta. Quizá la falta de tiempo, en esta sociedad tan frenética, nos lleva a pasar los dias sin apenas vivirlos...
    Me alegro de haber encontrado tu blog. Aun en la larga distancia que nos separa (si tu vives en Madrid yo debo estar a mas de 7000 Km de distancia) siento que al leer tus reflexiones es un amigo el que me las está diciendo. Un amigo con el que sincerarme. No se, quizá hoy es un dia un tanto especial (especialmente malo) y estoy más sensible de lo normal.
    Un saludo.
    Fran
    (fmarquez@suagm.edu)

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