viernes, 14 de mayo de 2010

LEARNING


El tener problemas nos iguala a todos los individuos. El cómo solucionarlos es lo que nos hace diferentes.

El dolor es común para todos los seres humanos, pero sólo unos pocos lo transforman en energía para aprender de los errores y avanzar de nuevo con más fuerza y sabiduría que antes.

Madurar sólo es eso; un asimilamiento positivo de las cosas que nos suceden día tras día. Vuelve la vista atrás, revisa los pasos, localiza los errores y apúntalos a la complicada ciencia de cómo vivir la vida.

Darás pasos, te caerás, te sangrarán las rodillas, cojearás, te quedará cicatriz... pero si aprendiste de la caída envejecerás luciendo orgulloso las huellas que te deja la vida.

No importa lo que sea lo que te haga sufrir, no importa el problema al que te enfrentas. Utilízalo. Vuélvelo a tu favor, intégralo como una nueva arma para defenderte de la peligrosa expedición que es recorrer las etapas de la vida.

Así que... golpea duro y deja de llorar. Eleva los puños, véndate las muñecas y prometámonos no ser víctimas nunca más. Por que pase lo que pase, siempre, siempre; seguiremos en pie. La cuestión es... ¿En qué dirección seguirás?

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