lunes, 31 de mayo de 2010

AGNÓSTICO


Como agnóstico considero que la mejor filosofía ante la vida que uno puede tomar es ahogarse en la divinidad de todo aquello que puede observarse... oirse... olerse... sentirse... degustarse.

El Dios al que rezo es aquel al que me embarga cuando me despierto y siento que la magia nos rodea a todos. Recuerdo su nombre y su significado cuando sostengo el pasado hasta el prensente en angulos de 360º en mi mano. Y la cierro con mis ojos sabiendo que mi biblia es lo que aprendí, lo que viví, lo que hasta hoy me ha hecho ser quien soy.

No lo busco detrás del cielo. Sólo miro el cielo. En su día, en su noche. Su azul, tan intenso, tan profundo, tan cambiante, voluble y efímero.

El calor del sol en mi piel desnuda, su fulgor aún latente que traspasa mis párpados y permanecen. La trasparencia de los iris al dejarse penetrar por la luz que los envuelve.

Las rosas que crecen al pie de mi calle; de un olor único, de una belleza irrepetible... sus pétalos con corazón vainilla y bordes rosados, las que imponen su vivo color sangre y las que inocentes emergen blancas de sus tallos.

Y ahí vive mi dios, mi religión y yo. ¿Y cómo no hacerlo? ¿Acaso no escuchaste el sonido del mar? He visto el mundo desde la cumbre de una montaña, he sentido su hierva suave bajo mis dedos, un pájaro suspendido entre corrientes de aire.

Y he sentido el amor, por fuera, por dentro. Ha habido abrazos científicamente inexplicables y besos que han erizado mi piel. Tanto como las canciones que se encadenan a los besos, que me llevan a personas y personas a momentos como momentos a sentimientos anidados en recuerdos.

Sentí la lluvia y la tristeza de una fuerza tan grande como la potencia de una masa de agua que rompe incansable contra su arrecife.

Mi religión vive en mis lágrimas y en mis exhalaciones. En el dolor y en las sonrisas. Sus leyes y mandamientos son los tatuajes que se grabaron en mi alma a través del tiempo, la firma de los días, las personas y acontecimientos. Su forma es la estela que deja la luz de mi vida, su credo es este y su permanencia llega hasta donde yo voy.

Mi Dios va conmigo, de mi mano, lleva mi nombre, mis normas y leyes. Por que yo soy mi experiencia, y mi experiencia es el único Dios en el que puedo creer.

viernes, 14 de mayo de 2010

LEARNING


El tener problemas nos iguala a todos los individuos. El cómo solucionarlos es lo que nos hace diferentes.

El dolor es común para todos los seres humanos, pero sólo unos pocos lo transforman en energía para aprender de los errores y avanzar de nuevo con más fuerza y sabiduría que antes.

Madurar sólo es eso; un asimilamiento positivo de las cosas que nos suceden día tras día. Vuelve la vista atrás, revisa los pasos, localiza los errores y apúntalos a la complicada ciencia de cómo vivir la vida.

Darás pasos, te caerás, te sangrarán las rodillas, cojearás, te quedará cicatriz... pero si aprendiste de la caída envejecerás luciendo orgulloso las huellas que te deja la vida.

No importa lo que sea lo que te haga sufrir, no importa el problema al que te enfrentas. Utilízalo. Vuélvelo a tu favor, intégralo como una nueva arma para defenderte de la peligrosa expedición que es recorrer las etapas de la vida.

Así que... golpea duro y deja de llorar. Eleva los puños, véndate las muñecas y prometámonos no ser víctimas nunca más. Por que pase lo que pase, siempre, siempre; seguiremos en pie. La cuestión es... ¿En qué dirección seguirás?

miércoles, 12 de mayo de 2010

SIN LUGAR A LA RAZÓN


Sentir un soplo en la nuca desnuda, un grandioso masaje en la espalda, soñar despierto, besar los labios que largo tiempo llevas buscando, oler el aroma de un cuerpo que deseas, el cándido instante de un orgasmo. Todo tiene una cosa en común; para que la cosa funcione... debe hacerse con los ojos cerrados.

Un buen amigo mio estudioso de la mente humana afirma la fábula. En la elección del amor la razón no tiene espacio ni lugar. Sólo se siente, cierras los ojos y das un paso al frente.

Pero desterrar la lógica no es fácil. El amor puede trascender a muchas cosas: sonrisas, exhalaciones, afecto, seguridad, orgullo, compañía, placer, empatía, ternura y al mismo amor; pero por su otra vertiente el dolor puede derramarse tan dramáticamente como una copa de vino en un mantel blanco dejándote tan manchado como vacío, tan asente de ti mismo como violado por el pasado.

Así que... ¿Cómo permitirse sufrir a ciegas? Si soy un ateo ante la vida ¿Cómo no ser agnóstico frente a los saltos de Fe?

Dicen que la respuesta se encuentra en los versículos de la historia que construyes: por que al disfrutar del proceso ya has saldado la deuda del potencial dolor que posteriormente te puede constituir.

Y quizá sea cierto que mezclar amor y ciencia sea cómo mezclar aceite y agua, que el amor no se pueda someter a listas de pros y contras. Que quien no arriesga no gana, que no debes apenarte por lo ocurrido si no alegrarte por lo vivido, que vale más luchar y perder que no inmóvil dejarte vencer.

Y el caos es tan grande al quererte que no hay canciones suficientemente altas, excesiva pintura en un lienzo, demasiadas palabras en la introspección ni lágrimas en la emoción. Sigo sólo sintiendo, embargando mis pertenencias más internas por el propio odio amor. Por que como leí una vez, odio quererte y odio odiarte como quiero quererte y quiero odiarte, y odiando odiar y queriendo querer hoy sólo sé que nosé que hacer.

POR LA FERIA DE LO ANTIGUO


Tras las puertas del trabajo asumí el papel del hombre que quiero ser y desempolvando el cansancio de mi cuerpo dirigí mis pasos a la calle Ricoletos de Madrid donde me esperaba una buena amiga para asistir un año más a la Feria del Libro Antiguo de Madrid.

Ante el hambre y las horas mi buena amiga sostenía una bolsa del MacDonals cargada de hidratos que decidimos devorar en un banco del Retiro. Y mientras el día grís avanzaba y nuestras conversaciones se entrelazaban, la comida se extinguía a la par que nuestros estómagos se llenaban. Antes de despedirnos concedimos un buen rato a contentar a la panda de gorriones que desde hacía tiempo parecíamos tener de espectadores. No hay nada más bonito en un día gris que dar migas a tremendos animalillos. Más allá de la dulzura de su aspecto resulta tronchante ver lo ágiles que son de movimiento robando todo posible alimento a sus superiores y más torpes las palomas. Enternecido y divertido puse fin a sus festines y me alegré al comprobar de que hoy en día aún hay miles de cosas geniales que hacer gratis y en cualquier parte.


Siempre me gustaron las ferias, los rastros, los mercadillos y todos esos lugares donde puedes reencontrarte económicamente con tus gustos y pasiones. Saqué mi tabaco de liar y observé a los que parecían los intelectuales y sabios de este siglo. Los hombres con bigote tendían a rebuscar entre los libros de tapas viejas y duras, buscando gangas, los jóvenes en las secciones de arte griego y novedad, las madres en los clásicos, las abuelas dejaban su melancolía impresa en las postales del viejo madrid y un par de viejos fumando en pipa ansiaban ediciones especiales y versiones de esto y lo de más alla.

40 librerías despidiendo olor a polvo cubrían toda la calle, devolviendo a la vida lo muerto. 40 puestos rodeados a diestro y siniestro de hambrientos culturales.

Y ahí estaba yo, buscando una enciclopedia de cine que perdí en mis manos el año pasado. Pero la Feria del Libro Antiguo tiene la facultad de darte siempre lo que realmente buscas. Puedes ir a por lo que quieras y saldrás de ella sólo con lo que necesitas.

A la media hora la lámina de "El beso" de Robert Doisneau apareció tras un montón de chatarra a un precio ineludible. 3 horas más tarde, dos puestos antes de acabar y mareado por leer tantos títulos en tantos sentidos y distancias un libro acabó con mi efectivo.

El beso despidió a mi amiga y con mi bolsa en mano volví al metro inmerso en la lectura de un libro vulgar: "Amor al segundo intento" parece ser que era exáctamente con lo que necesitaba encontrar.

martes, 11 de mayo de 2010

TE AMO...



No te amo como si fueras rosa de sal, topacio
o flecha de claveles que propagan el fuego.
Te amo como se aman ciertas cosas oscuras,
secretamente, entre la sombra y el alma.

Te amo como la planta que no florece y lleva
dentro de sí, escondida, la luz de aquellas flores.
Y gracias a tu amor vive oscuro en mi cuerpo
el apretado aroma que ascendió de la tierra


Te amor sin saber cómo, ni cuándo, ni de dónde.
Te amo directamente sin problemas ni orgullo.
Te amor así porque no sé amar de otra manera.
Tan cerca que tu mano sobre mi pecho, es mi mano.
Tan cerca que cuando cierras tus ojos, yo me duermo.


Lo siento.

NO HAY CARTAS DEL TIEMPO


Y te veo callado, y me miras ausente... y aunque la dicha quedó en el pasado se desdicha el presente.

Las aceras me la juegan cuando un paso adelante me lleva dos hacia atrás o cuando miro el adoquín y no sé si seguir, si escapar, si dar un rodeo o marcha atrás.

Porque aquí sigues, llenando de tinta mis palabras, asentado en mi mente, asaltando mis sueños que inconscientes te traen y te llevan sin parecer entender que amar hiere y duele y hiere y duele.

Las estaciones pasan, las flores se caen y el cartero del tiempo mintió por que ni su medicina no ha curado mis heridas ni ha traido a las preguntas sus respuestas.

Así que dime... ¿Te abrazo y prometemos no soltarnos? ¿Te regalo mi último te quiero? ¿Te acaricio y te digo que esto es lo único que quiero?

Y mientras, te observo callado y mis palabras miras ausente. La dicha es del pasado y la desdicha del presente.

lunes, 10 de mayo de 2010

ANOCHECE Y AMANECE, CADA DÍA, DE UNO A OTRO Y DE OTRO A UNO








A veces amanece y soy creyente.
A veces anochece y pierdo la fe.