martes, 1 de enero de 2008

Layoside extinction


Todo lo bueno... se acaba. Bajo ese título hacía entrega mi serie preferida de sus dos últimos capítulos. Sus personajes se anclaban en algún lugar de la imaginación de Kevin Williamson denominado Capeside. Paralelamente, mi frustración por equiparar mi vida al cine, definió mis cuatro últimos años como Layoside.

Layoside dio comienzo cuando dejé atrás mi pueblo más natal para trasladarme a la universidad. Por aquel entonces yo tenía 18 años recién cumplidos. Como buen personaje de una serie de teenagers era el fruto de una familia desestructurada que buscaba un nuevo comienzo donde olvidar algunos capítulos del pasado.

La transición fue más dura de lo que esperaba pero, como a todos, en algún momento recayó sobre mi la sorpresa de lo rápido que cura el tiempo las heridas de la piel. Los días lograron cambiar algunas banalidades por confidencias entre algunos compañeros vueltos amigos que durante un tiempo indefinido me acompañarían en mi viaje hacia la madurez.

No hay comentarios:

Publicar un comentario